domingo, 9 de diciembre de 2007

Se ignoran las diferencias intrínsecas entre los sexos

María Calvo, profesora de Derecho administrativo, trata de demostrar en un ameno ensayo titulado "Iguales pero diferentes", que la igualdad y la diferencia entre hombre y mujer han de ser entendidos como conceptos compatibles si se quiere comprender con profundidad la riqueza del ser humano. Afirmar la dignidad de toda persona no entra en contradicción con el reconocimiento de las diferencias entre los sexos, diferencias que la autora, detalla en su ensayo, recogiendo las últimas aportaciones científicas sobre el tema. (Más información en el servicio Aceprensa de 14 de Noviembre de 2.007).

Recojo a continuación la entrevista que salió publicada en El País, (24/04/2006) en la que la autora del ensayo citado, abordaba el tema de la coeducación.


María Calvo Charro es doctora en Derecho Administrativo y profesora de dicha materia en la Universidad Carlos III de Madrid. Es, además, una apasionada defensora de la educación diferenciada. Asegura que a la primera persona que tuvo que convencer de la validez de dicho modelo educativo fue a su marido. Es autora del libro Los niños con los niños, las niñas con las niñas (Editorial Almuzara), en el que plantea la necesidad de que las escuelas diferenciadas sean parte del sistema de educación público.


Pregunta. ¿Qué le hace pensar que el modelo de la coeducación no es el más adecuado?
Respuesta. La educación mixta fue un avance inmenso cuando se implantó, porque logró que a las niñas se les enseñe lo mismo que a los niños. Nadie duda ahora de que niños y niñas son iguales, pero se les ha igualado al punto de convertirlos en seres de género neutro. Se ignoran las diferencias intrínsecas entre los sexos. La educación mixta es muy buena, siempre y cuando no se ignoren, desprecien o intenten erradicar las diferencias entre niños y niñas.
P. Siempre ha habido colegios que separan por sexos, y eso no acabó con la discriminación. ¿Cuál es la diferencia ahora?
R. Hablemos de ésta como una educación diferenciada de segunda generación. Que quede claro que no defiendo la educación que separa a las niñas para perjudicarlas, para enseñarles costura mientras los niños aprenden matemáticas. Ésta no es tampoco la educación de la época del franquismo, basada en creencias morales y religiosas. Esta educación diferenciada tiene como objetivo la igualdad de la mujer. No es en absoluto religiosa, ni ligada a creencias religiosas o morales.
P. ¿No es posible llevar a cabo una educación que respete las diferencias entre ambos sexos dentro del modelo de la coeducación?
R. Por supuesto. Sería ideal que el modelo mixto huyera del igualitarismo neutralizante de los sexos. Pero es muy difícil. Si se enseña de manera razonada, lenta y analítica, las niñas se aburren; mientras que si se enseña de manera explícita y ágil, son los niños los que se pierden. El ritmo de maduración y desarrollo en los varones es mucho más lento que el de las niñas. Solucionar eso es muy complicado.
P. ¿Cuántos centros diferenciados hay en España?
R. No llegan al 1%. Son todas escuelas religiosas católicas. Ése es el gran problema. Los padres que quieren que sus hijos reciban esta educación en centros laicos no tienen alternativas. Por eso la educación diferenciada tiene que ingresar en la esfera pública.
P. ¿No cree que organizaciones religiosas conservadoras se están aprovechando de este modelo para justificar la segregación de sexos de índole moral?
R. Es verdad que las congregaciones religiosas católicas lo practican. Éstas pretenden una educación personalizada, que tiende al desarrollo personal. Y esto encaja muy bien en este modelo de educación, no puedo negarlo.

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