No es fácil para nadie descubrir el amor auténtico. Lo venden a los adolescentes como un juego y muchos lo consideran como tal, jugándose su futuro, marchitando su corazón, por un momento de placer. En este Congreso celebrado en Manila, cuya reseña transcribo, se advierte que los jóvenes buscan el amor auténtico. Pienso que son interesantes las conclusiones a las que se llega.
(Extraido de Aceprensa, 12 de diciembre).
Un congreso internacional confronta programas dirigidos a educar mejor la afectividad juvenil
Firmado por Meldy Pelejo
Fecha: 12 Diciembre 2007
Manila. La capital filipina ha sido la sede del II Segundo Congreso Internacional sobre Educación en el Amor, Sexo y Vida (19-22 de noviembre), que reunió a un millar de personas que trabajan en la formación del carácter, provenientes de doce países y de diferentes sectores y religiones. El encuentro fue organizado por la Fundación EDUCHILD, Developmental Advocacy for Women Volunteerism, e Intermedia Consulting, entidad con sede en Roma. Durante la reunión fueron presentadas una selección de iniciativas que han ayudado a los jóvenes a reducir y evitar comportamientos sexuales de riesgo.
La efectividad de estos programas ha probado que los jóvenes están dispuestos a escuchar y cambiar si padres, profesores y educadores trabajan de la mano. Entre estos programas se incluyen Protege tu Corazón (México), Educarse (Chile), Sex Respect (EE.UU.), Choicez Media (Australia), Women’s Foundation for World Peace (Taiwan), True Love Waits (EE.UU. y Filipinas), y I Am Strong (Filipinas).
En el congreso, bajo el eslogan “I Keep Love Real” (“Mantengo auténtico mi amor”), se ha lanzado una campaña dirigida a proteger a los jóvenes asiáticos de los elevados índices de embarazos de adolescentes, sexo antes del matrimonio y otros problemas asociados a comportamientos sexuales de alto riesgo.
Manuel Escueta, presidente de la Fundación EDUCHILD, explicó los métodos de esta iniciativa, que durará en principio cinco años. Durante los tres años siguientes al congreso se iniciarán o continuarán planes como los presentados. Los participantes podrán copiar cualquiera de los programas que consideren de mejor aplicación en sus países. En Taiwán y Hong Kong, por ejemplo, se pondrán en marcha sendas iniciativas inspiradas en I Am Strong. Además, se llevarán a cabo estudios e investigaciones que sirvan para conocer mejor a la juventud actual, y se evaluará continuamente cada programa para introducir mejoras.
Algo más que abstinencia sexual
Antonio Torralba es decano de la facultad de Ciencias y Letras de la Universidad de Asia-Pacífico en Manila. Como uno de los encargados del programa I Am Strong, explicó el énfasis en educación del carácter: “La educación en la castidad no se construye en el vacío. Tiene como premisa el esfuerzo personal para adquirir muchas otras cualidades: fortaleza, templanza, perseverancia, incluso un sentido de justicia social, y prudencia”. En cuanto a los programas basados en la abstinencia sexual que se centran solo en ayudar a los jóvenes a “evitar riesgos”, dijo que “una posible razón por la que la educación en la abstinencia falla, cuando falla, es que está centrada en el sexo y basada en negaciones antes que en afirmaciones”.
No por casualidad, el eslogan “I Keep Love Real” defiende la educación de los afectos y la voluntad como elementos esenciales de la educación del carácter. A lo largo del congreso, varios ponentes subrayaron el papel crucial de padres y madres para formar el carácter de sus hijos, para educarlos en la castidad y especialmente en el amor y la fidelidad de por vida.
Patrick Fagan, del Family Research Council (Washington), presentó unas estadísticas que mostraban que castidad y matrimonios estables están directamente relacionados. Un análisis de una encuesta nacional entre mujeres norteamericanas concluyó que de aquellas que solo habían tenido una pareja sexual en su vida, el 80% formaban parte de una relación estable. El porcentaje se reduce en el caso de aumentar el número de parejas sexuales, habitualmente previas al matrimonio.
La influencia de los padres
El papel de la religión en la familia para educar a los jóvenes no puede pasarse por alto. En la medida en que una madre practica más su religión –católica, protestante, musulmana o judía–, mejor es la relación con el marido y los hijos prosperan más. Cuando ambos padres practican, mejor es la relación y la mejora de los hijos, observó Fagan.
La relación con los padres también influye en la castidad adolescente. Otra encuesta entre adolescentes de EE.UU. señala que chicas y chicos que proceden de familias casadas intactas tienen menor número de parejas sexuales que sus compañeros que proceden de familias rotas.
Por ello, Thomas Lickona, profesor de Educación en la State University de Nueva York, afirmó que “los jóvenes necesitan sistemas adecuados de apoyo si se comprometen consigo mismos para ser castos. En un mundo hostil a una vida casta, familias, amigos, escuelas y comunidades deberían ofrecer a los jóvenes el ambiente para vivir la castidad”.
Se recordó que es vital hacer ver a los jóvenes el cuadro completo de motivos por los que deben rechazar el sexo antes del matrimonio. Colleen Mast, fundadora de Sex Respect, dijo que ese marco es el amor. Educar a los jóvenes en el amor es más que decir no al sexo fuera del matrimonio. Más bien, requiere una profunda comprensión de la persona humana, del conocimiento del sexo opuesto, y del valor del compromiso y el matrimonio. Se puede ayudar a los jóvenes a madurar en el amor enseñándoles a pensar críticamente frente a la simple respuesta a los impulsos. Los jóvenes quieren respuestas sobre el amor, la vida y el sexo, como reveló una encuesta entre jóvenes filipinos presentada en el congreso. Además, quieren que sus padres les orienten.
La juventud filipina
La encuesta se hizo con 4.000 bachilleres y universitarios de 13 a 24 años –con una media de edad de 17– de centros educativos públicos y privados. El 80% de los jóvenes filipinos encuestados consideran el sexo como un regalo especial para la persona con quien compartirán sus vidas. En otras palabras, quieren reservar el sexo para el matrimonio. De hecho, tres cuartas partes de los encuestados no habían tenido relaciones sexuales. Y una gran mayoría –80%– quieren saber cuándo están preparados para empezar a salir con jóvenes del otro sexo y cómo tener una cita sin contacto sexual, cómo pueden conocer mejor a su chico o chica, cómo manejar sus sentimientos, y cómo distinguir entre deseo, atracción sexual y amor.
Los resultados del estudio confirman la necesidad de desarrollar programas para la población joven basados en educación del carácter y no solo en información biológica. “Con demasiada frecuencia las políticas referidas a sexualidad adolescente están basadas en la agenda sobre planificación familiar de entidades internacionales”, afirmó el Dr. Torralba, codirector del estudio. Pero la agenda de “sexo seguro” no responde a la educación para el amor que reclama la juventud filipina.
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1 comentario:
¡Interesantísimo! Me consuela saber que hay estas iniciativas y que los jóvenes no responden sólo a los estereotipos.
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