viernes, 12 de diciembre de 2008

Olga Bejano, la pentapléjica más longeva del mundo, muere por parada cardiorrespiratoria


‘Los garabatos de Dios’, su último libro publicado, es una lúcida reflexión sobre la capacidad de superación de las personas y un sí a la vida

La riojana Olga Bejano, pentapléjica durante más de 20 años, murió en la madrugada del pasado 5 de diciembre debido a una parada cardiorrespiratoria. Era la pentapléjica más longeva del mundo y padecía una fuerte neumonía desde hacía varios días, complicada con una fiebre muy alta.

Según explicó a la editorial que publicó sus libros, LibrosLibres, la enfermera que la atendió hasta el último día, esa fue la causa que precipitó de forma irreversible su fallecimiento.

Olga contrajo en 1987 una enfermedad neuromuscular que terminó paralizando la práctica totalidad de su cuerpo. Desde entonces no pudo hablar, ni ver, respiraba artificialmente y se alimentaba a través de una sonda.

Sin embargo, encontró un método para comunicarse con el mundo: haciendo unos garabatos aparentemente incomprensibles con los impulsos de su rodilla, que sus distintas enfermeras aprendieron a traducir lentamente al abecedario.

Gracias a este original sistema, Olga había publicado con gran éxito tres libros: Voz de Papel, Alma de color salmón y Los Garabatos de Dios, todos ellos editados por LibrosLibres.

Los Garabatos de Dios
Su último libro, precisamente, era una lúcida reflexión sobre la grandeza y los límites del ser humano y, especialmente, sobre la capacidad de superación de las personas. Actualmente se encontraba escribiendo su cuarto libro, titulado Alas Rotas.

“Cada día que comienza tengo nuevos sufrimientos, pero no importa estoy convencida de que la vida vale la pena [...] Inevitablemente el dolor te conecta con Dios, ¿quieres saber por qué?”, escribió en la presentación de Los Garabatos de Dios a través de un vídeo que se puede ver en YouTube:



Vivir al límite

“Todos sabemos que lo peor de una enfermedad incurable es el principio y el final. Mi sprint final, por mucho motivos, me está resultando muy difícil, por eso pido oraciones en abundancia. Siempre os estaré agradecida porque habéis sido un estímulo para seguir viviendo al límite de lo imposible”, explicaba Olga Bejano en la última entrevista que concedió.

En los últimos tiempos, Olga había protestado públicamente por una disputa político-administrativa en el Gobierno de la Rioja que le impedía contar con una enfermera todos los días y le obligaba a estar en cama la mayor parte del tiempo. Por ese motivo, la autora había decidido devolver la Medalla de Oro de La Rioja, que le había sido concedida hacía diez años.

A Ramón Sanpedro: “¿Por qué no luchas?”

Olga Bejano comenzó a ser más conocida cuando, hace cuatro años, la película Mar Adentro, protagonizada por Javier Bardem en el papel del pentapléjico Ramón Sampedro, consagró la eutanasia como forma de acabar con el sufrimiento y lo quiso elevar a la categoría de “derecho humano”.

Gracias a la película se supo que Olga y Ramón habían mantenido breve correspondencia, hecho que también había contado Olga en su segundo libro, Alma de color salmón.

En él, la autora relataba: “Ramón me dijo que no podía entender cómo en esas condiciones yo quería seguir viviendo; le respondí que tenía tantas ganas o más que él de irme. Al contrario que él, yo sí era creyente y quería que Dios decidiera cuál era mi día y mi hora, mientras tanto lucharía por conseguir la asistencia que necesito”.

“Le propuse ¿por qué en vez de luchar para morir no luchas para vivir? ¿Por qué no luchas por conseguir una vida independiente, personal que te cuide, una silla eléctrica que te lleve de paseo, un ordenador que puedas usar con la voz? Yo nunca diré sí o no a la eutanasia, daré testimonio con mi vida, los hechos son lo único que cuenta”, añadía.

En la última entrevista que concedió con motivo de la publicación de Los Garabatos de Dios, a finales de 2007, Olga decía lo siguiente: “En este libro explico cómo el Señor me ha ido enviando a lo largo de estos veinte años porciones de conocimiento y sabiduría. Estos maravillosos regalos, eslabones de una misteriosa cadena, me han permitido abrir mi mente, madurar y crecer espiritualmente”.

“Al principio no era consciente de lo que el Señor estaba haciendo conmigo y, ante la aparición de los regalos divinos, decía lo que casi todos los mortales: ‘¡Qué casualidad, qué coincidencia!’. Hasta que, poco a poco, me fui dando cuenta de que todas esas casualidades y coincidencias no eran tales, y que todas, toditas, todas venían del Cielo. El Cielo hace las cosas más grandes de la manera más sencilla y todos sentimos cuándo un sueño es diferente”.

jueves, 4 de diciembre de 2008

Testimonio de una madre que abortó


La subcomisión del Congreso encargada de revisar la ley del aborto escuchó el desgarrador testimonio de Esperanza Puente, que hace 13 años acabó con la vida de su hijo.
Artículo publicado en el diario ABC, el 3 de diciembre de 2008, por DOMINGO PÉREZ | MADRID.
Han pasado ya trece años, pero la herida sigue abierta. Esperanza Puente se presentó, a requerimiento del PP, ante la subcomisión del Congreso encargada de revisar la ley del aborto con el objetivo de trasladar a los diputados un testimonio desgarrador: su dolorosa experiencia personal.
«He querido explicarles -señaló- lo que vivimos las mujeres cuando vamos a abortar. El miedo, la angustia, la soledad cuando te enfrentas a un embarazo inesperado y te abandona tu pareja, o no hay comprensión por parte de la familia, o te amenazan en el trabajo, «abortas o te despido», o hay exclusión social, o tienes problemas económicos...».
También quiso Esperanza hacerles comprender lo que es una clínica abortista, «lo que se sufre en un centro de éstos. En estos sitios nadie te cuenta nada. Pagas y no te dan factura. En la sala de espera, las mujeres caemos en un pozo sin fondo porque eso no es una sala de espera cualquiera. Allí nadie habla con nadie. Las mujeres lloramos sin lágrimas y gritamos sin voz. Cuando te pasan a hacer la ecografía no te enseñan el ecógrafo para que no puedas ver el tamaño de tu hijo...».
«No se olvida nunca»
Su mensaje ha sido tan duro como esclarecedor: «La muerte de un hijo no se olvida nunca. Y menos en mi caso. Yo tuve muy mala suerte, aunque lo que me sucedió les ha pasado a otras. En estas clínicas las mujeres somos lo que menos importa. A mí me dijeron que mi hijo era sólo un tejido, pero cuando acabaron con mi intervención, el señor que la hizo se largó, la señorita que le acompañaba también y me dejaron, ahí; a mi lado, los restos de mi hijo. Mi hijo tenía este tamaño -muestra un muñequito de unos diez centímetros ya perfectamente formado y reconocible como un niño- y la sorpresa que me llevé es que mi hijo estaba cortado en pedazos. Me faltó la respiración. No pude respirar durante unos segundos. Se me hicieron interminables. No sé cómo me vestí. Ni siquiera sé cómo llegué a casa. Y a partir de ahí sufrí el síndrome postaborto de una manera muy visceral».
«Es una realidad social -prosigue- que está oculta, que se debe dar a conocer porque en base al silencio que hay respecto a lo que es un aborto y lo que supone para la mujer, la sociedad está asumiendo que no pasa nada, que el aborto es un anticonceptivo más». «Pero sí pasa -asegura-, y a eso he venido al Congreso, a dar mi testimonio y a contar lo que sufrí en la más absoluta soledad y desamparo. La misma situación en la que se siguen encontrando hoy las mujeres. Después de un aborto, lo único que encontramos es silencio y soledad. No hay derecho a que en pleno siglo XXI esto siga ocurriendo».«Las mujeres no nos embarazamos ni de perritos, ni de lechugas ni de patatas; perdemos hijos»«A la mujer se le sigue diciendo «no te preocupes, no pasa nada. Tu hijo es un tejido, tu hijo es un grupo de células...». Recientemente, a una señora le dijeron que era un trozo de vesícula», se indigna.
«Hay falta de información. La información se da mal a conciencia. Los poderes públicos deben implicarse de una manera real y efectiva en ayudar a la mujer. Deben saber que las mujeres no queremos abortar, que no nos embarazamos de perritos, ni de lechugas ni de patatas. Nos embarazamos de hijos y por lo tanto perdemos hijos. Y esa pérdida por nuestros hijos es exactamente igual que la sufre una mujer cuando se le mata un hijo en un accidente de tráfico. La diferencia es que nosotras tenemos que enfrentar el sentimiento de culpa por haber participado en la pérdida de nuestros hijos. El síndrome postaborto sale a la luz en cualquier etapa de tu vida, en cualquier momento de la existencia vital de una mujer. Es algo inevitable», apostilla.
Su experiencia es la de la inmensa mayoría de las mujeres que abortan. Lleva cuatro años colaborando con la Fundación Redmadre: «Lo que he explicado es lo que me pasó a mí, pero es muy parecido a lo que me cuentan las mujeres».

martes, 2 de diciembre de 2008

Eduardo Verástegui y el derecho a la vida.



De nuevo expone sus razones por la vida, esta vez en España. Es un video breve en el que pone el acento sobre el derecho a vivir. Echo de menos que no hable del drama que sufre la madre que se ve abocada a esa "solución", pero para eso tenemos toda la película de "Bella" que da respuestas a quienes las necesiten.

martes, 18 de noviembre de 2008

La moda que nos hace más humanos


La moda es un fenómeno social y cultural, pero también un importante sector de la economía, y un motor de la originalidad en las estrategias de comercialización y comunicación. Todos estos aspectos han estado presentes en el Congreso Internacional de Moda, celebrado en el Museo del Traje en Madrid, organizado por la Asociación Moda, Universidad y Empresa en colaboración con el Centro Superior de Diseño de Moda de la Universidad Politécnica de Madrid.
Aceprensa
Firmado por Carmen Llovet
Fecha: 17 Noviembre 2008


Que “la moda hoy debe reivindicarse a sí misma” es más que una afirmación oportuna. El filósofo Alfredo Cruz ofreció en el congreso la reflexión más enriquecedora, al hacer de la moda un sinónimo de cultura. Esa que humaniza nuestra necesidad biológica de vestirnos, igual que la gastronomía lo hace con nuestra natural inclinación a alimentarnos.
Y es que la moda cultiva al ser humano en su dimensión física concreta: en su modo de estar vestido. Un “estar” del que, curiosamente, sólo puede emanar belleza cuando hay un diálogo entre lo que el diseñador quiere y el buen gusto personal. “El vestir no solo cubre el cuerpo, sino que carga de sentido y expresividad nuestra presencia física”, dijo Cruz.

¿Qué hay entonces de la moda que se limita a poner en evidencia nuestra presencia física, desnudando el cuerpo? “Nos deshumaniza, renunciando a la cultura porque no dice más allá que lo que muestra la pura biología”. Y renunciando a nosotros mismos, porque lo natural para el ser humano es crear cultura –cultivar lo biológico–, aunque sea un lenguaje que se aprende en sociedad. Como el lenguaje del pudor, “que facilita la humanización de la forma en que vestimos”.

Ante este ideal, hoy nos abofetea por un lado una moda esteticista, aparente, sin reflexión sobre si parecemos lo que somos, como si lo importante fuera imitar a otros para ser reconocido en un entorno social; y por otro lado, encontramos una moda mercantilista y despótica –hoy se impone esto, mañana lo contrario–, en busca de un consumidor que renuncia a decir algo de sí mismo con su modo de vestir.

Con este punto de partida, donde queda patente que la moda ha llegado a la Universidad como llegó al pensamiento (la Revista de Occidente de Ortega y Gasset ya publicó reflexiones del sociólogo Simmel sobre la moda en 1895), nos queda enfrentarnos a la realización práctica de las ideas. Surgen propuestas para hacer posibles los valores humanos y culturales implícitos en este fenómeno social, que afectan a todos los agentes implicados en el sector de la moda. Una visión integradora que de forma novedosa ha aplicado a la moda la autora Paloma Díaz Soloaga en su libro ‘Cómo gestionar marcas de moda: El valor de la comunicación’.

La conferencia inaugural del sociólogo francés Gilles Lipovetsky, titulada “Moda y lujo en la era hipermoderna”, trazó un panorama en diez puntos sobre las características de la moda en la sociedad actual, diversificando los centros mundiales de referencia: París, Milán, Londres o Nueva York.

Los caminos del diseño y los de la moda

El diseñador está en el origen de todo, como creador que sella toda la firma con su concepto. Pero si su trabajo no llega a la calle, no tiene sentido ni valor: los caminos del diseño –ofrecer creación– y de la moda –convertirse en marca–, se separan, como indicó Modesto Lomba, presidente de la Asociación de Creadores de Moda de España. El esfuerzo creativo muchas veces vaga asfixiado entre la permanente petición de innovación (el consumidor exige comprar ilusión, no cubrir una simple necesidad) y el desafío de convertir su propuesta en moda entendible, que humanice a la persona que vista su modelo. Porque el consumidor busca en una prenda o complemento la seguridad emocional ante su entorno. Pero “quienes por un exceso de excentricidad proponen algo que no encaja con las condiciones sociales –recuerda el filósofo Cruz–, no están haciendo moda propiamente dicha, sería simplemente estética”.

lunes, 17 de noviembre de 2008

Las inesperadas consecuencias de las madres de alquiler


ROMA, domingo, 16 noviembre 2008 (ZENIT.org).- El hecho de que las parejas que no pueden tener hijos recurran cada vez más frecuentemente a los servicios de madres de alquiler ha generado un mercado de intereses con dramas inesperados.

Un ejemplo es el destino de una niña de tres meses nacida de una madre de alquiler india, que ha pasado los primeros meses de su vida en medio de una batalla legal. El asunto acaba de resolverse, informaba el 2 de noviembre la CNN. Manjhi y su abuela, llegaron a Osaka, Japón, desde la capital de la India, Nueva Delhi, para encontrarse con su padre biológico.

Un artículo el 6 de octubre en el periódico de Singapur, Strait Times, explicaba los orígenes de la disputa.

Manjhi nació como resultado de la combinación del esperma de un marido japonés y el óvulo de una donante anónima implantado en el útero de una madre de alquiler india de la ciudad de Anand, en el estado de Gujarat.

Los problemas legales surgieron cuando el padre, Ikufumi Yamada, y su esposa, Yuki Yamada, que habían pagado por los servicios de la madre de alquiler, se divorciaron antes del nacimiento de Manjhi. El marido quería tener el bebé, pero su ex esposa ya no lo quería.

La ley india exige que la madre deba estar presente para que el bebé pueda recibir un pasaporte. En el caso de Manjhi ni la madre de la que había nacido ni la ex esposa querían saber nada.

El asunto fue resuelto con una sentencia del Tribunal Supremo de la India que no sólo dio el bebé a Ikufumi Yamada, sino que también confirmó que la subrogación era legal.

Según el Straits Times, la sentencia ha tenido lugar justo después de que el gobierno haya hecho público un proyecto de ley sobre madres de alquiler. Hasta ahora se había actuado en un vacío legal.

Turistas de la fecundación in vitro

El exponencial aumento de la maternidad de alquiler en la India ha sido objeto de creciente atención por parte de los medios. El periódico australiano Sun Herald informaba el 2 de noviembre que India está recibiendo a numerosos turistas de la fecundación in vitro de Europa y Gran Bretaña, atraídos por descarados anuncios como "¡Una joven y sana mujer con sobre ovulación exclusivamente para usted!".

La India no sólo ofrece madres de alquiler, sino también donantes de óvulos para mujeres que vuelan a la India para que les sean implantados.

El artículo del Sun Herald contaba el caso de Ekaterina Aleksandrova, que había conseguido la ciudadanía alemana. Voló a la India, se implantó cinco embriones, y, como consecuencia, se quedó embarazada con un embrión.

Aleksandrova no tiene lazo genético alguno con su bebé, nacido en septiembre. Además, los padres biológicos del bebé viven a 7.000 kilómetros de distancia y son de deferentes lenguas y culturas.

Tanto el esperma como los óvulos provenían de donantes anónimos. El primero fue comprado online de un banco de esperma danés y los segundos provenían de una mujer india.

Otro caso reciente, examinado por la BBC en un reportaje el 12 de octubre, tenía que ver con Bobby y Nikki Burnes. Su hija de tres meses, Daisy, fue concebida en la clínica Rotunda de Bombay.

La niña nació del óvulo de una donante fertilizado con el esperma de Bobby, e implantado en una madre de alquiler.

Según la BBC, el uso de madres de alquiler indias está especialmente extendido entre las parejas asiáticas de Gran Bretaña, debido a la escasez de óvulos o esperma de donantes asiáticos.

En comparación con los países occidentales, también es claramente más barato usar los servicios de las clínicas y mujeres indias. Según la BBC, las madres de alquiler indias reciben entre 2.500 y 3.500 libras (3.922 a 5.475 dólares), el equivalente al salario de 10 años de algunas de ellas.

El 4 de marzo, el International Herald Tribune informaba que el coste de la utilización de los servicios de fecundación in vitro en la India - incluyendo los billetes de avión y el coste de los hoteles - ronda, para las parejas extranjeras, los 25.000 dólares, un tercio de lo que costaría un servicio similar en Estados Unidos.

También haya madres de alquiler disponibles para las parejas del mismo sexo. El artículo relataba el caso de Yonatan Gher y de su pareja masculina no nombras. Usaron los servicios de la misma clínica Rotunda mencionada por la BBC.

En la clínica, el doctor Kausal Kadam creó un embrión para Gher y su pareja, con esperma de uno de los dos hombres - no querían descubrir de quien - y un óvulo extraído de una donante sólo unos minutos antes en otra parte de la clínica.

El artículo observaba que no se permitieron contactos entre la donante del óvulo, la madre de alquiler o los futuros padres.

Preocupación

El reportaje también observaba que el uso de madres de alquiler de la India plantea algunas cuestiones éticas. Los críticos están preocupados por el peligro de explotación. Asimismo, las parejas utilizan los servicios para saltarse las leyes de sus propios países.

Aunque Israel ha legalizado la adopción para las parejas del mismo sexo, todavía no se permiten madres de alquiler para estas parejas.

Otro caso en el que se elude la ley tuvo lugar recientemente con el nacimiento en Francia de trillizos de una mujer de 59 años.

El embarazo de la mujer suscitó controversia en Francia, según un reportaje de Associated Press el 8 de septiembre. La ley francesa sobre donación de óvulos excluye del procedimiento a las mujeres con más de 42 años.

El 12 de marzo Reuters informaba que Japón también está debatiendo el uso de madres de alquiler. Los obstetras japoneses adoptaron una prohibición contra los nacimientos de madres de alquiler en 1983, pero no existe ley alguna que lo prohíba. Reuters explicaba que algunas parejas habían tenido hijos a través de madres de alquiler con la ayuda de médicos en Japón.

Según el artículo un equipo de expertos del Consejo de Ciencia de Japón, que ha debatido el tema durante más de un año a petición del gobierno, sostiene que los nacimientos de madres de alquiler plantean riesgos para la salud tanto de las madres como de los hijos.

Los expertos también citaban la preocupación por la posibilidad de que miembros de la familia se vieran forzados a ejercer el papel de familiares.

"Se necesita nueva legislación y basándose en dicha legislación, sería deseable que en principio se prohibiera por ahora la concepción por madres de alquiler", afirmaba este mes el equipo en un borrador de informe pidiendo que se castigara a los médicos, agentes y clientes por los nacimientos comerciales a través de madres de alquiler.

La columnista de opinión Ellen Goodman también expresaba su preocupación por las madres de alquiler en un artículo publicado el 11 de abril en el Boston Globe.

Goodman expresaba su simpatía por las parejas que tienen dificultades para concebir de forma natural. No obstante, expresaba su preocupación por la comercialización de madres de alquiler, por la que una persona se convierte en un mero producto a comercializar en los mercados internacionales.

"No podemos, por ejemplo, vendernos a nosotros mismos en esclavitud", comentaba. "No podemos vender a nuestros hijos. Pero el negocio de las madres de alquiler se acerca peligrosamente a estas dos cosas".

Respetar la vida

La Iglesia católica es clara respecto a su postura, tanto hacia la fecundación in vitro en su conjunto como también hacia el uso de madres de alquiler. En su instrucción de 1987 sobre el respeto a la vida humana en sus orígenes, la Congregación para la Doctrina de la Fe trataba el tema de las madres de alquiler entre otros puntos.

La instrucción rechazaba la práctica, no sólo porque introduce una tercera persona en la relación del marido y la esposa sino también porque "la maternidad sustitutiva representa una falta objetiva contra las obligaciones del amor materno, de la fidelidad conyugal y de la maternidad responsable".

La instrucción también sostenía que la utilización de una madre de alquiler ofende la dignidad y el derecho del niño a venir al mundo de sus propios padres.

Estas enseñanzas fueron confirmadas por el Catecismo de la Iglesia Católica: "El hijo no puede ser considerado como un objeto de propiedad, a lo que conduciría el reconocimiento de un pretendido ‘derecho al hijo'. A este respecto, sólo el hijo posee verdaderos derechos: el de ‘ser el fruto del acto específico del amor conyugal de sus padres, y tiene también el derecho a ser respetado como persona desde el momento de su concepción'" (No. 2378).

Desgraciadamente la globalización ha alcanzado al vientre materno y está teniendo lugar un comercio de vida humana en detrimento de los derechos humanos.

Por el padre John Flynn, L. C., traducción de Justo Amado

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Nuevas tendencias en el uso del espacio familiar.


La casa como campamento base para vivir y trabajar

Ahorrar desde casa en tiempo de crisis
Aceprensa.
Firmado por M. Ángeles Burguera
Fecha: 10 Noviembre 2008


La crisis económica y las fórmulas de trabajo contemporáneas traen consigo nuevas tendencias en el uso del espacio familiar. Los hogares se han convertido en casas y despachos, donde la convivencia entre ambos ámbitos va a ser cada vez más intensa. A esta nueva realidad hay que responder con viviendas más amplias y mejor estructuradas, capaces de albergar a todos los miembros de la unidad familiar. Frente a los gastos diarios de transporte y el alto precio de los inmuebles de oficinas infrautilizados, una nueva tendencia en el diseño de viviendas reclama más espacio para vivir y una distribución de habitaciones personalizada, que permita ahorrar.

Para Charles Handy, filósofo y experto en management social, la casa se va a convertir en breve tiempo en un lugar “donde la gente vive, trabaja, come, duerme y juega, lo más parecido a un campamento base. En parte, porque las personas encuentran práctico llevar algún trabajo a casa y en parte porque resulta más caro a las organizaciones albergar a todos sus empleados durante el día, cuando la mayoría del trabajo puede ser hecho fácilmente desde fuera”. Esta nueva tendencia en el diseño de las viviendas se observa ya en la demanda creciente de más espacios para el trabajo o de salas amplias que combinan rincones para el ocio, la cocina o el comedor.

Handy, que participará próximamente en la segunda edición del Congreso Excellence in the Home (Londres, 20-21 de noviembre), expondrá parte de sus propuestas ante un auditorio reunido bajo el tema “De la casa al hogar”, en el que participarán arquitectos, diseñadores de interiores, expertos en planeamiento urbano y en gestión doméstica. Una de las cuestiones que se abordará es precisamente “cómo combinar las necesidades colectivas –alta densidad de población y presupuestos restringidos– con las necesidades singulares”, afirma Piers Gough, arquitecto y director de CZWG Arquitectos LLP, que planteará “posibles soluciones a medida, adaptadas a diferentes modos de vivir”.

Ahorro en el ámbito doméstico

Los expertos convocados en Londres prepararán también una batería de iniciativas para promover el ahorro en el ámbito doméstico, con la idea de ayudar a recuperar el lugar primordial que ocupa la casa y la economía del hogar, en épocas de menor consumo. Para Bryan Sanderson, presidente de Home Renaissance Foundation, entidad promotora del congreso, “nadie desearía entrar en recesión; sin embargo, una situación así puede traer consigo consecuencias positivas imprevisibles”. Para este experto en reflotamiento financiero y ex presidente de la aseguradora BUPA, “una economía próspera significa que las casas se convierten en algo muy cercano a las habitaciones de un hotel, pero un hogar es mucho más que una unidad económica; puede ser una escuela de vida y eso se puede descubrir en épocas como la que vivimos”.

Una de las secciones del congreso estará dedicada a la gestión del hogar y al papel de la casa como inductor de bienestar social. Bajo la dirección de la profesora del IESE Julia Prats, un panel de sociólogos y empresarios propondrá fórmulas para una gestión del hogar eficaz, ecológica y responsable.

Más información: www.homerenaissancefoundation.org

jueves, 23 de octubre de 2008

Orígenes del sufragio femenino en EEUU

Los orígenes cristianos del voto femenino: Seneca Falls, 1848

Las mujeres que incorporaron medio mundo a la política se forjaron luchando contra el alcohol y la esclavitud.


Los orígenes cristianos del voto femenino: Seneca Falls, 1848

Las mujeres que incorporaron medio mundo a la política se forjaron luchando contra el alcohol y la esclavitud.



Sin duda, pocas "revoluciones" o "reformas" ha habido de una influencia tan extensa como el derecho de las mujeres al voto. Y sin embargo, este derecho, que hoy muchos dan como "evidente", fue el resultado de un esfuerzo de unas pioneras en circunstancias muy complejas y sólo posibles en un contexto cristiano.

Alguien tenía que tirar del carro, alguien tenía que empezar, en algún momento alguien debía proclamar el derecho al voto femenino. La historiadora Sally G. McMillen lo ha marcado en 1848, en un encuentro de pioneras, que describe en su reciente libro "Seneca Falls and the Origins of the Women's Rights Movement" (Oxford University Press, 2008).

En un encuentro de dos días en la ciudad norteamericana de Seneca Falls, nació el movimiento por el derecho al voto femenino. McMillen señala el papel fundamental de cuatro mujeres: Lucretia Mott, Elizabeth Cady Stanton, Susan B. Anthony y Lucy Stone.

Mujeres activistas: un invento cristiano

Eran mujeres activistas. ¿Mujeres activistas? ¿Desde cuando existían las mujeres activistas? ¿No era la vida pública cosa de hombres y la mujer virtuosa aquella que se queda en casa? No en los cristianísimos Estados Unidos desde la década de 1820.

En los años 20 sucede en EEUU el "segundo gran despertar" o "segundo avivamiento", una oleada espiritual, de reforma religiosa, que dio origen a infinidad de reformas sociales en búsqueda de justicia social y evangélica.


Nacen así, en el transfondo popular protestante, donde no existían las cofradías propias del catolicismo ni la labor educativa monástica, las escuelas dominicales, las sociedades de amigos de los marineros, las sociedades bíblicas, las escuelas para pobres, las organizaciones de misiones para el extranjero, las misiones para evangelizar a los indios (algo que los católicos venían haciendo desde 1492), la edición de tratados y su distribución (en 1833 aparecerá la prensa de masas en Nueva York), las misiones especializadas en tratar con prostitutas... una lluvia de iniciativas sociales.

Y, dos movimientos, los más fuertes, que sacaron a las mujeres de casa y las convirtieron en activistas: la lucha contra el alcohol y la abolición de la esclavitud. Luchando contra el alcohol y contra la esclavitud, dos motivaciones de clara base cristiana, se forjaron las líderes del incipiente movimiento por los "derechos femeninos", que era un movimiento moral y moralista. Luchando contra el alcohol y la esclavitud, las mujeres aprendieron a predicar, a hablar en público, a escribir sobre política, a publicar y distribuir ideas.

El "segundo gran despertar" espiritual y la lucha contra el alcohol y la esclavitud fueron el ambiente que creó a las primeras feministas. Y lo vemos al repasar a las cuatro grandes iniciadoras y al movimiento que nació en Seneca Falls en 1848.

Contra el alcohol y la esclavitud

Lucrecia Mott era una famosa activista anti-esclavitud, cristiana de denominación cuáquera, una rama pacifista del protestantismo que siempre lideró la lucha abolicionista en Estados Unidos.

Elizabeth Cady Stanton, entonces una madre joven y brillante, estaba casada con el político antiesclavista Henry Stanton. Ella escribió la mayor parte de la declaración del encuentro, que empezaba, como homenaje a la Declaración de Independencia de los EEUU con la frase: "sostenemos estas verdades como auto-evidentes; que los hombres y las mujeres fueron creados iguales", con toda su carga de base bíblica.

Susan Anthony era una maestra soltera, que aportó disciplina y orden a un movimiento que nacía apasionado y con poco control. Y Lucy Stone era una conferenciante brillante y hermosa, casada con Henry Blackwell, a quien mantenía a menudo con los ingresos de sus conferencias.

Descubrieron que masas de mujeres se movían contra la esclavitud y contra el alcohol, pero que costaba muchísimo movilizarlas en defensa del voto femenino. Simplemente, las mujeres no veían que fuera algo importante, que cambiase la vida real.

En 1868, tres años después de abolirse la esclavitud, un veterano luchador antiesclavista y defensor del voto femenino como era Thomas Higginson lamentaba la indiferencia de las mujeres por su causa: "Los hombres no pueden asegurar los derechos de las mujeres de forma vicaria, por ellas", decía.

¿Las mujeres o los negros primero?

Al acabar la guerra en 1865 los esclavos eran libres, pero eso no significaba que pudieran votar. Las mujeres activistas se preguntaron si debíoan luchar por el voto de los negros igual que habían luchado por su libertad. ¿Acaso el voto de mujeres y negros no se podía conseguir al mismo tiempo? Wendell Phillips, que era firme defensor del voto femenino, insistía en tratar "los temas, uno a uno; este es el momento de los negros". La mayoría de los y las activistas del voto femenino no estaban de acuerdo.

La muy impulsiva Elizabeth Cady Stanton estaba escandalizada ante la idea que "hacerse a un lado y ver como Sambo entra antes en el reino". Insistía en comparar desventajosamente a los negros, sin formación ni educación, con las cultas y refinadas mujeres.

En Kansas, Susan Anthony y su marido llenaban locales pidiendo el derecho al voto femenino, pero no les importó aliarse con el político demócrata George Francis Train, un racista reconocido que les financió "The Revolution", una importante revista, quizá la publicación madre del feminismo. En ella se criticaba el alcohol, se criticaba el abuso del hombre sobre la mujer, se criticaba el aborto.

Las citas de Susan Anthony y Elizabeth Stanton contra el aborto en "The Revolution", señalado como una maldad que los hombres y la pobreza fuerzan en las mujeres, aún se pueden leer en la web de Feministas por la Vida (www.feministsforlife.org), organización a la que pertenece con orgullo la política republicana Sarah Palin, por ejemplo.

Los excesos de Elizabeth Stanton

Hay que señalar que Stanton era el tipo de persona que no se arrepentía de sus errores tácticos y a menudo respondía con huídas hacia adelante. Por ejemplo, cuando se asoció con Victoria Woodhull, una escandalosa defensora del "amor libre", implicada en turbios asuntos con el millonario Cornelius Vanderbilt.

No era el tipo de amistades que podía animar a las mujeres temerosas de Dios a luchar por su derecho al voto, incluso aquellas que luchaban con denuedo contra el alcohol, la prostitución o la pobreza. Y cuando Stanton escribió su "Biblia de una mujer", muy poco ortodoxa, hasta sus propias asociadas en la National Woman Suffrage Association la desautorizaron.

La otra rama del movimiento de derechos de las mujeres la dirigían Lucy Stone y Henry Blackwell con la American Woman Suffrage Association. Ambas asociaciones rivalizaron, en vez de cooperar, y se desautorizaban mutuamente. Y, para colmo, en todas partes los empresarios ligados al alcohol luchaban para impedir el voto femenino, conscientes de que si las mujeres votasen el negocio del alcohol tendría muchos problemas.

El resultado de esta debilidad fue que hasta 1890 no surgió un nuevo liderazgo feminista que consiguiera el voto femenino generalizado, alcanzado en EEUU en 1920. Para entonces las mujeres ya habían cumplido un siglo como activistas contra la pobreza, por la evangelización, contra el alcohol o la prostitución... un movimiento que nació de las raíces cristianas de Estados Unidos y que no se dio en culturas orientales, islámicas, ni en otras latitudes.


Sin duda, pocas "revoluciones" o "reformas" ha habido de una influencia tan extensa como el derecho de las mujeres al voto. Y sin embargo, este derecho, que hoy muchos dan como "evidente", fue el resultado de un esfuerzo de unas pioneras en circunstancias muy complejas y sólo posibles en un contexto cristiano.

viernes, 17 de octubre de 2008

Nota de los obispos españoles ante el uso de “bebés-medicamento”


Nota de los obispos españoles ante el uso de “bebés-medicamento”

“Curar a los enfermos pero sin eliminar a nadie”

Aclaraciones sobre los hechos implicados en el nacimiento del llamado primer “Bebé Medicamento”

El pasado 12 de octubre nació en Sevilla el primer bebé seleccionado para curar a su hermano, que sufre una enfermedad hereditaria, la beta-talasemia major, anemia congénita severa que le obliga a someterse a constantes transfusiones sanguíneas.

Mediante la técnica utilizada, el diagnóstico genético preimplantacional, los embriones obtenidos a través de la fecundación in vitro son examinados para seleccionar aquellos que no sean portadores del factor genético que puede dar lugar al desarrollo de la enfermedad heredada. Entre los seleccionados, se implantan en el útero materno aquellos embriones que presentan el perfil de compatibilidad genética más adecuado con el hermano enfermo. Los demás son destruidos o congelados.

Conviene aclarar al respecto las implicaciones morales que no han sido señaladas estos días por algunos medios de comunicación social.

Se ha puesto el énfasis en la feliz noticia del nacimiento de un niño y en la posibilidad de la curación de la enfermedad de su hermano. Expresada así, la noticia supone un motivo de alegría para todos. Sin embargo, se ha silenciado el hecho dramático de la eliminación de los embriones enfermos y eventualmente de aquellos que, estando sanos, no eran compatibles genéticamente.

El nacimiento de una persona humana ha venido acompañada de la destrucción de otras, sus propios hermanos, a los que se les ha privado del derecho fundamental a la vida.

Se ha calificado el hecho como un éxito y un progreso científico. Sin embargo, someter la vida humana a criterios de pura eficacia técnica supone reducir la dignidad de la persona a un mero valor de utilidad. Los hermanos a los que se les ha privado del derecho a nacer han sido desechados por no ser útiles desde la perspectiva técnica, violando así su dignidad y el respeto absoluto que toda persona merece en sí misma, al margen de cualquier consideración utilitarista. Por su parte, el hermano que finalmente ha nacido ha sido escogido por ser el más útil para una posible curación. Se ha conculcado de esta manera su derecho a ser amado como un fin en sí mismo y a no ser tratado como medio instrumental de utilidad técnica.

Conviene recordar a este respecto el documento de la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española, del 30 de marzo de 2006, Algunas orientaciones sobre la ilicitud de la reproducción humana artificial y sobre las prácticas injustas autorizadas por la ley que la regularán en España, que señala la injusticia que se comete con los seres humanos producidos en el laboratorio, al ser tratados “como un mero producto conseguido por el dominio instrumental de los técnicos”. “La dignidad del ser humano exige que los niños no sean producidos, sino procreados (…). Por tratarse de una relación puramente personal –no instrumental- la procreación es conforme a la dignidad personal del niño procreado, que viene así al mundo como un don otorgado a la mutua entrega personal de los padres”. Respecto a la práctica de la que hoy hablamos, se dice también en el mismo documento: “Los planteamientos emotivos encaminados a justificar estas prácticas horrendas son inaceptables. Es cierto: hay que curar a los enfermos, pero sin eliminar nunca para ello a nadie. La compasión bien entendida comienza por respetar los derechos de todos, en particular, la vida de todos los hijos, sanos y enfermos”.

El hecho feliz del nacimiento de un bebé sano no puede justificar la instrumentalización a la que ha sido sometido y no basta para presentar como progreso la práctica eugenésica que ha supuesto la destrucción de sus hermanos generados in vitro.

La Iglesia desea prestar su voz a aquellos que no la tienen y a los que han sido privados del derecho fundamental a la vida.

Con estas aclaraciones no se juzga la conciencia ni las intenciones de nadie. Se trata de recordar los principios éticos objetivos que tutelan la dignidad de todo ser humano.

Madrid, 17 de octubre de 2008

miércoles, 15 de octubre de 2008

Acerca de la película "Camino", paralelismo con "El Código Da Vinci"

Caminos de concordia. 'El Código Da Vinci'

Por Juan Manuel Mora*

En mayo de 2006 se estrenó la versión cinematográfica de El Código Da Vinci, en medio de un gran despliegue publicitario. Durante los tres años anteriores, la novela de Dan Brown había vendido millones de copias y constituyó un fenómeno editorial de grandes dimensiones.

La trama de El Código posee los típicos elementos del thriller: acción, intriga, misterio. El relato de Dan Brown tiene un punto de partida: desde el siglo IV, la Iglesia habría ocultado la verdad sobre Jesucristo, destruido los verdaderos evangelios y negado que Jesús tuvo descendencia con la Magdalena. A lo largo de la historia sólo algunos "illuminati" llegaban al conocimiento de la verdad, mientras que la Iglesia oficial intentaba impedirlo por todos los medios. En nuestros días, el "brazo armado" con el que la Iglesia persigue a los iluminados sería el Opus Dei, que en la novela aparece como organización criminal y sin escrúpulos.

Uno de los aspectos más relevantes de El Código Da Vinci es su forma de mezclar ficción y realidad. En efecto, la trama utiliza elementos reales (nombres, fechas, lugares), y los combina con otros de ficción. Esto no tiene nada de extraño, si quedase claro mediante un correcto "pacto de lectura". Pero Dan Brown utiliza una calculada ambigüedad, las fronteras se difuminan y el lector al final no sabe a qué atenerse. Este recurso tampoco tendría más trascendencia, si no fuese porque Brown pone nombre y apellidos reales a sus mafias inventadas. De ese modo, la mezcla de ficción y realidad se vuelve explosiva.

Según los resultados de una encuesta realizada en Gran Bretaña, casi dos tercios de los lectores de El Código creían que el contenido de la novela era cierto (y por tanto, que los evangelios eran falsos, que Jesús tuvo hijos con la Magdalena, etc.). Con estos datos, no es de extrañar que la controversia que se planteó alrededor de El Código ocupase amplio espacio en los medios de comunicación de numerosos países. En el centro del debate se encontraba el tema de la responsabilidad de los autores de obras de ficción. Con sus trabajos crean estereotipos, originan movimientos de opinión y provocan emociones. Los periodistas también lo hacen, pero el trabajo de los informadores es juzgado con otros parámetros: no pueden mezclar ficción y realidad, ni acusar sin fundamento. En definitiva, los problemas planteados por El Código venían a recordar que la libertad de expresión, la libertad de creación, la libertad de crítica, propias de las sociedades democráticas, son compatibles con la responsabilidad y con el respeto mutuo.

El Código de Fesser

El caso de Camino es distinto de El Código Da Vinci , pero existen algunas semejanzas: trata también asuntos que afectan a la Iglesia y a los católicos; el malo de la película tiene nombre y apellidos, y mezcla ficción y realidad de forma potencialmente explosiva. Camino se inspira en la vida de Alexia González-Barros (www.alexiagb.com), adolescente madrileña que falleció de cáncer en 1985, con apenas 15 años. La Archidiócesis de Madrid ha iniciado su causa de canonización. Alexia fue tratada de su enfermedad en la Clínica de la Universidad de Navarra, donde transcurrió largos meses rodeada del cariño de sus padres y hermanos y de la atención del personal sanitario. Después de 1985 fallecieron también sus padres. Actualmente viven cuatro hermanos. A partir de la vida de Alexia se construye el guión. En síntesis, la película mantiene el envoltorio, pero modifica totalmente la sustancia: parece verdadera, pero es pura ficción. En la imaginación de los autores, Alexia es una niña que vive en un ambiente opresivo, creado por el Opus Dei y encarnado de forma muy aguda en la figura de la madre. Toda la historia del dolor de Alexia y del afecto de su familia está convertida en algo completamente distinto, en un caso de fanatismo religioso, atrofia de sentimientos y actitud masoquista ante el dolor. En el trasfondo, emerge una intención perversa: el Opus Dei pretendería aprovechar la enfermedad de la niña para construir una causa de canonización, con fines de proselitismo.

Cualquier persona normal que vea la película siente, como han dicho los críticos, una patada en el estómago, un choque emocional, un rechazo radical, una experiencia perturbadora e inolvidable. No puede ser de otra manera: un creyente, un católico, un miembro del Opus Dei, sienten la misma repugnancia ante la falta de humanidad que narra la película. De acuerdo con las declaraciones de los que han intervenido, el guión está escrito desde la increencia. El director ha declarado en diferentes ocasiones que no comparte la visión religiosa de la vida y no comprende la actitud cristiana ante la muerte. Quizá por esa razón, los personajes que aparecen en la película como creyentes son malos sin mezcla de virtud, y los que no tienen fe son buenos sin sombra de defecto. El resultado es un cuadro en blanco y negro, un enfoque que algunos han calificado de maniqueo, y que no fomenta precisamente la tolerancia.

La orientación religiosa de los autores merece todo el respeto. Sin embargo, no sería honrado silenciar un grave problema moral que plantea la película: Camino , como El Código Da Vinci , mezcla realidad y ficción, o más bien, presenta la ficción como si fuera historia. Los espectadores salen de la proyección convencidos de que han visto algo que ha sucedido realmente. Por eso la repulsión de los espectadores es doble: les impresiona el relato y les horroriza pensar que es verdadero. La familia ya ha expresado su dolor por el tratamiento que se hace de sus personas queridas. No es difícil imaginar los sentimientos de los hijos cuando vean la imagen de su madre maltratada en las salas de cine de toda España. El Opus Dei ha publicado también una breve declaración donde recuerda que, en esta película, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Tampoco es difícil imaginar los sentimientos de quien se ve retratado de forma repulsiva.

Cambio de paradigma

El Código de Brown y el Camino de Fesser confirman, cada uno a su modo, que es difícil explicar y no es fácil entender la experiencia religiosa en un mundo que vive como si Dios no existiese. De hecho, algunos quieren ver en estos ejemplos la expresión de un choque de culturas entre el Vaticano y Hollywood, entre los católicos y la sociedad secularizada. El paradigma del "choque de civilizaciones" se ha extendido en el ámbito de la política internacional, con consecuencias muy negativas. Aplicar ese mismo esquema a la "cuestión religiosa" de las sociedades occidentales, puede incrementar los niveles de agresividad. Basta ver algunos blogs donde ciertos partidarios del Camino de Fesser escriben que ya era hora de sacudir duro a esta Iglesia de pedófilos y ladrones; y donde ciertos adversarios responden con insultos simétricos. En nuestro país, las controversias suelen ser subidas de tono. Algunos programas de televisión y algunos debates parlamentarios recuerdan aquellos chistes de Mingote donde se ve a dos hombres primitivos "iniciar conversaciones", con el garrote preparado detrás de la espalda. Por desgracia, esto sucede también en las controversias religiosas. Con frecuencia, las discusiones están contaminadas de la dialéctica política, por la cual, si yo quiero ganar, tú tienes que perder (las elecciones, las votaciones). En realidad, los términos de un debate de tema religioso deberían ser muy distintos: yo no gano si tú pierdes; sólo gano si me explico, si te entiendo, si me entiendes. En otras democracias, la religión es un elemento transversal, común a personas que simpatizan con formaciones políticas de todas las tendencias. Esta transversalidad es muy saludable para la religión y para la política, y libera los debates religiosos de la dialéctica de la confrontación. En esas condiciones, el paradigma del conflicto puede ser sustituido por el del diálogo.

Otro aspecto interesante de El Código Da Vinci fue las reacciones que provocó entre los cristianos. Cuando alguien siente un golpe, tiene dos reacciones instintivas: encogerse y defenderse. En este caso, ante lo que se percibe como un golpe moral (un retrato falso e injusto), el instinto llevaría a cerrarse y a enfadarse. Sin embargo, la reacción común de los católicos ante El Código Da Vinci fue abierta y serena. En primer lugar, abierta. Ante una ficción que es falsa no hay más respuesta que la realidad: "ven y verás". Decía Mark Twain que cuando la verdad está todavía calzándose las botas, la mentira ya ha dado la vuelta al mundo. La mentira corre mucho, pero se desmiente sola. La verdad se impone por sí misma, sin gritos ni violencia, sino por su propia fuerza interior. Por eso, la respuesta más acertada es abrir las puertas y ofrecer información. Y en segundo lugar, serena. Dos no pelean si uno no quiere. Ante un retrato injusto, es importante mantener la capacidad de diálogo, sin adoptar actitudes defensivas ni victimistas. Para romper el paradigma de la confrontación, hay que responder con respeto, también a quien consideramos que no nos respeta.

Insisto en que estas consideraciones se escriben desde la convicción de la importancia de la libertad de expresión, de la libertad creativa y de la libertad de crítica. Las personas y las instituciones con dimensión pública han de asumir con humildad sus errores y aceptar el público escrutinio. Pero todos tienen derecho a ser criticados con veracidad y respeto.

Una escritora africana define la madurez como la capacidad de darse cuenta de que podemos herir a los demás. La madurez ayuda a recorrer juntos caminos de concordia.

* Vicerrector de Comunicación de la Universidad de Navarra. Autor de "La Iglesia, el Opus Dei y el Código Da Vinci", de próxima aparición.

jueves, 9 de octubre de 2008

"Los Inklings", de Humphrey Carpenter, ahora en español.


La experiencia mística de la judía atea comunista Joy Davidman, y la de su esposo C.S.Lewis

Poetisa materialista, Joy Gresham sintió la presencia de Dios; cuando ella murió, Lewis recibió una visita de su esposa.


La historia de amor de la poetisa americana Joy Davidman y del popular escritor cristiano C.S.Lewis se hizo popular con la película de 1993 "Tierras de Penumbra", de Richard Attemborough. Pero la historia de la conversión de Joy no se conocía en español. La película no la explica. Y sólo ahora, con la publicación en español de "Los Inklings", de Humphrey Carpenter, es accesible al lector español. Del libro de Carpenter tomamos la primera mitad de este relato, que completamos con un resumen de la vida de Joy con C.S. Lewis. Y al final, cómo ella se hizo presente, después de su muerte, en una experiencia de intimidad con el escritor.

Una judía materialista e incrédula

Joy Davidman nació en Nueva York en 1915. Sus padres eran judíos que emigraron a América procedentes de Europa Oriental durante su infancia. Su madre la educó contándole cuentos acerca de la vida de los judíos en Ucrania, una vida con más de seiscientas leyes rituales que gobernaban la vida rutinaria y donde la religiión era una cuestión más de palabras que de espíritu. Sus padres abandonaron el judaísmo. Incluso la misma Joy se declaraba atea a la edad de 8 años, después de leer "Un resumen de la Historia" de H.G. Wells.

"En pocos años", recordó [en su artículo-testimonio "The Longest Way Around", dentro del libro "These Found the Way, Thirteen Converts to Christianity", Ed. David Wesley Soper, Philadelphia, Westminster, 1951. 13-26.], "rechacé todo tipo de moralidad. Si la vida no tenía ningún significado ¿para qué vivir sino para el placer? Por suerte, mi mayor placer era la lectura; si no hubiera sido por ella, nunca habría sido capaz de mantenerne al margen de una vida pecaminosa como lo hice".

La única filosofía que tuvo en la infancia era la creencia en la prosperidad americana. Sin embargo, su fe se vio destruida por la Depresión y, en 1930, ya no creía en nada.
"Los hombres son sólo brutos. El amor, el arte y el altruismo son sexo. El universo tan solo materia y la materia solamente energía. Se me ha olvidado lo que dije acerca de la energía".
Sin embargo, también era poetisa y en sus versos se preguntaba si la vida consistía meramente en satisfacer los propios apetitos.

Tenemos luces, puentes, el Estadio Yankee.
Y si no nos contentamos, debemos estarlo
Y si estamos descontentos no lo sabemos,
de alguna manera siempre ha sido así

Leía con voracidad historias de fantasmas, ciencia-ficción, los cuentos de George McDonald y Lord Dunsany. Le deleitaba lo sobrenatural. "Me interesa por encima de todas las cosas", dijo. Pero no creía en ello.

Poetisa comunista al servicio de los camaradas caídos

Trabajó de profesora de inglés en escuelas de secundaria de Nueva York e ingresó en el Partido Comunista.
"Lo único que sabía es que el capitalismo no funcionaba demasiado bien y que la guerra era inminente. El socialismo prometía cambiar todo eso. Además, por primera vez en la vida estaba dispuesta a ser mi propia guardiana, así que me apresuré a decirle a un conocido del Partido que deseaba ingresar".

Trabajó fervorosamente para el Partido y publicó un libro de poemas titulado "Carta a un camarada", galardonado en dos ocasiones.

No existe ninguna promesa de ayuda
escrita en las estrellas, ni magia, ni salvador
sonriendo en la descarada tinta de los carteles electorales;
sólo la fuerza del hombre

Dejó la enseñanza para dedicarse por entero a escribir y publicó su primera novela, Anya, en 1940. Estaba basado en los recuerdos infantiles de su madre y describía muy vivamente la vida en una aldea judía en la Ucrania de finales del siglo diecinueve, vista a través de la hija de un dependiente de una tienda que rechaza las convicciones tan severas de su gente y se marcha en busca del amor, allá donde esté. El libro tiene algunas influencias de D.H. Lawrence.

Durante unos meses trabajó de guionista para la Metro Goldwyn Mayer en Hollywood. Después, en 1942, contrajo matrimonio con un comunista, William Lindsay Gresham. Nacido en 1909, anteriormente había trabajado de botones, redactor publicitario, cantante en los clubes de Greenwich Village y crítico para un periódico de Nueva York.

Gresham, educado como agnóstico, jugó un poco con la teología unitaria, pero después se convirtió en ateo e ingresó en el Partido Comunista. En 1937 se marchó a España para combatir en el lado comunista y pasó allí quince meses sin disparar un tiro, pero regresó en tan mal estado que poco después intentó ahorcarse.

Recuperado psicológicamente hasta cierto punto, se convirtió en un bebedor empedernido, aunque logró mantener algunos trabajos editoriales en revistas populares. Fue durante esa época cuando terminó divorciándiose de su primera esposa y se casó con Joy Davidman. Se establecieron en Nueva York y pronto tuvieron dos hijos, David y Douglas.



William Gresham fue el primer esposo de Joy Davidman



Entretanto, la afición de Joy por los libros que trataban de temas sobrenaturales la llevaron a conocer las "Cartas del Diablo a su sobrino" [pueden leerse gratis aquí] y "El Gran Divorcio". "Estos libros estimulan una parte sin usar de mi cerebro hacia una vida inactiva momentáneamente", dijo.

"Por supuesto", pensé, "el ateísmo era cierto, aunque no había dedicado demasiado tiempo a buscar pruebas de ello. Algún día, cuando los niños sean más mayores, intentaré hacerlo. Después olvidé todo el asunto".

La experiencia mística de Joy Gresham

Bill Gresham continuaba padeciendo problemas mentales y un día llamó a la oficina de Joy en Nueva York para decirle que estaba sufriendo una crisis nerviosa. Notaba que se le había ido la cabeza, no podía permanecer en el lugar que estaba y no era capaz de regresar a casa.

Durante cuatro horas Joy intentó desesperadamente averiguar qué había ocurrido. Al final abandonó y se limitó a esperar.
"Acosté a los niños. Por primera vez en mi vida me sentí desesperanzada; por primera vez en mi vida mi orgullo se vio obligado a admitir que, después de todo, no era la dueña de mi destino, el capitán de mi alma... Todas mis defensas, los muros de vanidad y arrogancia detrás de los cuales me había ocultado de Dios, desaparecieron momentáneamente.

Y entonces entró Dios. Había otra Persona acompañándome en la habitación, presente en mi conciencia, una persona tan real que toda mi vida anterior me pareció un simple juego de sombras. Comprendí que Dios siempre había estado allí y que yo, desde la niñez, había dedicado la mitad de mi esfuerzo a echarlo. Mi percepción de Dios duró al menos medio minuto. Cuando se desvaneció me vi a mí misma de rodillas y rezando. Creo que he debido ser la atea más sorprendida del mundo."
Cuando Bill Gresham regresó finalmente a casa aceptó la experiencia de su mujer sin cuestionarla, en gran parte porque él mismo se había empezado a interesar por lo sobrenatural. Juntos comenzaron a estudiar los rasgos generales de la teología.

Joy pensó en convertirse en una judía practicante de la persuasión "reformada", pero después se decidió por el cristianismo. En 1948, Bill Gresham, asustado por su alcoholismo, rezó pidiendo ayuda. "Y mis oraciones fueron escuchadas", escribió en 1951. "Hasta la fecha no he vuelto a probar ni gota". Eso supuso el estímulo definitivo para aceptar el cristianismo y, tanto él como Joy, se hicieron presbiterianos.

Ambos empezaban a tener cierto éxito como escritores. La primera novela de Bill Gresham, "Nightmare Alley", se publicó en 1946. Se vendió bien y fue llevada al cine. La segunda novela de Joy, "Weeping Bay" (que trataba de las miserias de una comunidad empobrecida en Canadá) salió a la luz en 1950 y recibió buenas críticas. En 1951 ambos contribuyeron explicando su conversión al cristianismo en una antología protestante (These Found the Way, Thirteen Converts to Christianity).

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Crisis matrimonial y mudanza a Inglaterra

Sin embargo, el matrimonio seguía teniendo sus dificultades y en 1952 Joy decidió marcharse a Inglaterra con la esperanza de que algunos meses de separación les sirvieran de ayuda. Durante su viaje por Inglaterra, CS Lewis la invitó a Oxford y ofreció una fiesta en su honor en el Magdalen.

En 1953 Joy volvió a Estados Unidos con su marido Bill, pero era evidente que su matrimonio estaba roto. Él admitió el divorcio por deserción. [Desde un punto de vista católico -cosa que ni Bill, ni Joy ni Lewis llegaron a ser nunca- hay que tener en cuenta que ella había sido su segunda esposa y que, de hecho, no se habían casado mediante rito cristiano.]

Joy volvió a Inglaterra con sus dos hijos, primero a Londres pero ya a final de año se establecieron en la casa de los hermanos Lewis, The Kilns. [desde agosto de 2008, declarada patrimonio histórico de Gran Bretaña] C.S.Lewis dedicó El caballo y su muchacho, el cuento de Narnia que estaba escribiendo entonces, a los dos niños de Joy.

En 1955 Joy publicó un libro sobre los diez mandamientos aplicados al lenguaje y la vida contemporánea. Se titulaba "Smoke on the Mountain" y puede leerse íntegro en inglés aquí: http://www.worldinvisible.com/library/davidman/smoke/smoke.c.htm .
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C.S. Lewis escribió el prefacio, señalando varias características de Joy: era una judía llamada por Dios, como Abraham; había sido atea y comunista; trataba -como cabría esperar de una judía- de la ley. Era americana, y escribía como tal, de forma desinhibida. Y denunciaba el pecado de cobardía, el vivir con miedo de los cristianos, sin osar dar testimonio. También la tentación del Estado de dominarlo todo, la superstición aplicada a la ciencia, la idolatría de las riquezas... Un tratado sobre los mandamientos es inevitablemente un tratado sobre el pecado.

En este mismo año de 1955 C.S Lewis escribió el libro que consideraría su mejor obra: "Mientras no tengamos rostro", una novela entre histórica, fantástica y psicológica que reelabora el mito de Psique y Cupido. Muchos consideran que la protagonista, la princesa Orial, se inspiraba en parte en Joy Davidman. Una mujer con velo, oculta, que sólo al final aprende a verse a sí misma como es.

El amor entre C.S. Lewis y Joy Gresham

Parece que fue en la primavera de 1956 cuando la amistad entre el solterón C. S. Lewis, con sus 58 años, y Joy Davidman (ex- Joy Gresham) se convirtió en amor. Al principio parece que ni ellos lo aceptaban. El 23 de abril de 1956 se casaban "por papeles" en una oficina de registros de Oxford, sin ceremonia. Cada uno fue a su casa. Era un truco legal para dar papeles de residencia británica a la americana Joy. "Amistad y burocracia", le dijo Lewis a su amigo Lancelyn Green.

Se mantuvo la "boda" en secreto: sólo lo sabían su hermano Warnie, el escritor Owen Barfiel y muy pocos más. Ni siquiera J.R.R. Tolkien, gran amigo de Lewis lo supo, y cuando se enteró se sintió muy molesto, tanto por el matrimonio como por el secretismo. Para Lewis, no se trataba de un matrimonio, en sentido cristiano, sino de un truco que usaba la burocracia estatal para ayudar a una amiga.

Pero los acontecimientos cambiaron eso. Diagnosticaron cáncer de huesos a Joy en otoño de 1956. Y entonces comprendieron que entre ellos había más que amistad, había amor. Lewis admiraba a Joy, su forma de afrontar el cáncer con entereza: "habla de la enfermedad y sus fluctuaciones como si estuviese describiendo las experiencias de una amiga suya". Posteriormente, cuando ella muriera, el mismo Lewis escribiría "Una pena en observación", analizándose a sí mismo y su proceso de duelo, su enfado de viudo contra Dios, su desesperación y posterior serenidad.

Se casaron por el rito anglicano en la cama del hospital el 21 de marzo de 1957. La escena, emocionante, es recogida -como toda la historia de amor entre ellos- por la película de Richard Attemborough "Tierras de Penumbra" ("Shadowlands", de 1993, con Anthony Hopkins y Debra Winger). El sacerdote era un antiguo alumno de Lewis. Tomó las manos de la enferma y rezó por su recuperación.

Pensaban que ella moriría muy pronto, y querían estar juntos como marido y mujer en su casa de The Kilns los últimos días que le quedaban. Lewis escribió sobre el estado de su esposa:

"Un fémur había prácticamente desaparecido y la cadera la tenía parcialmente destruída. El cáncer se le había extendido a la otra pierna y al hombro."

Un tiempo de gracia

Sin embargo, como un milagro, con el traslado al hogar matrimonial la enfermedad que pensaban terminal se detuvo. Dejaron de aparecer manchas de cáncer. La fractura del fémur cicatrizaba. En septiembre de 1957 ella podía caminar cojeando con un bastón. Y en verano de 1958 escribía a una amiga: "mi caso se ha detenido por el momento".

Warnie, el hermano de C.S. Lewis, escribió en su diario de noviembre de 1958: "una recuperación que ha sido un completo milagro, admitido incluso por los doctores".

Y Lewis se descubrió a sí mismo perdidamente enamorado: "hace años, cuando escribí acerca de la poesía amorosa medieval y la describí como extraña, poco creíble, religión de amor, estaba tan ciego que sólo supe tratar ese tema como un fenómeno literario. Ahora es muy distinto", escribió.

Fue como un tiempo de gracia, una coda gratuita antes del final. En octubre de 1959 volvieron a aparecer las manchas tumorales en las radiografías de Joy. "¿Se puede pedir sin presunción un segundo milagro", preguntaba Lewis a un sacerdote.

El abril de 1960, pese a los dolores, volaron hasta Atenas, un deseo que Joy siempre había tenido. Al volver, tuvo que hospitalizarse. Edith, la esposa de J.R.R. Tolkien, una mujer sencilla y nada académica, la acompañó en esta fase en el hospital, y entablaron amistad. El 20 de mayo extirparon a Joy el pecho derecho. En junio aún tenía fuerzas para salir a cenar con Lewis a un hotel.

La noche del martes 12 de julio, el matrimonio Lewis estaba en casa jugando al Scrabble. Hablaron largo y tendido, con mucha tranquilidad. A las 6.15 de la madrugada, Joy gritaba por los dolores. La ingresaron en una clínica. A las 11.20 murió.

Joy y Dios en Lewis: después de la muerte, la intimidad

En su libro duro, triste, sincero, sobre su proceso de duelo, "Una pena en observación", Lewis anotó las últimas palabras de Joy, dirigidas al capellán del hospital. "Estoy en paz con Dios", dijo la que había sido judía atea, materialista y comunista. "Luego sonrió, pero no a mí", dice Lewis. "Poi si torno all'eterna fontana", "y después se volvió a la fuente eterna", anota Lewis.

Lewis sufrió una etapa oscura. Durante un tiempo temió que fuese verdad algo que ya había considerado en su juventud: que Dios existiese, sí, y fuese realmente cruel, malvado. Pero con el tiempo llegó a otra conclusión. ¿Cómo amar a Joy, ya muerta, viva pero lejana, y a Dios?

"H. -Joy- y todos los muertos son como Dios, amarla a ella se ha convertido, dentro de ciertos límites, como amarle a Él. En ambos casos tengo que hacer que el amor abra sus brazos y sus manos a la realidad, a través y por encima de mis pensamientos e imaginaciones. No debo conformarme con la fantasmagoría misa y adorarla en lugar de Él, o amarla en lugar de ella. No mi noción de Dios, sino Dios. No mi noción de H., sino H."

Y en las últimas páginas Lewis escribe la experiencia, mística si se quiere, que le dio consuelo:
"Lo que hace que la experiencia de anoche merezca ser registrada es su calidad, ni por lo que prueba, sino por lo que fue en sí misma. Estuvo en realidad sorprendentemente exenta de emoción.

No fue más que la impresión de que su intelecto [el de Joy] se enfrentaba momentaneamente con el mío. Algo que no tiene nada que ver con la re-unión arrebatada de los amantes. Mucho más parecido a lo que sería recibir una llamada por teléfono o un telegrama de ella para resolver una cuestión práctica. No porque encerrase ningún mensaje, simplemente inteligencia y atención.

Nunca, bajo ningún estado de ánimo, pude imaginarme que los muertos fueran tan al grano. No obstante, se produjo una suprema y jubilosa intimidad. Una intimidad que no se había abierto camino ni a través de los sentidos ni a través de las emociones. Me pregunto si no consistirá el amor en este tipo de intimidad".

He buscado en you tube un trailer de la película "Tierras de penumbra". Hubiera preferido otro en el que se ve la vida de C.S. Lewis y de Joy, pero sólo he encontrado este.

jueves, 2 de octubre de 2008

Eduardo Verástegui defiende la vida.

Estamos en plena campaña mundial en la que, por todos los medios, se quiere imponer un modo de vida que pasa por encima del más debil. A muchos les faltan argumentos y se ven bombardeados por juegos de palabras. Eduardo Verástegui, actor mexicano afincado en Estados Unidos, presenta un video muy duro. Aqui no hay palabras. Aqui se exprresa la realidad de los millones de asesinatos que se perpetran cada año, a través de la imagen. Dura imagen, en momentos hiere la sensibilidad y se querría evitar seguir mirando. A mi me ha valido la pena y, a pesar de la dureza, me ha parecido conveniente colgarla en el blog. Después de verlo, ¿alguien puede continuar pensando que no hay "persona humana" sino un saco de células?.


martes, 30 de septiembre de 2008

10 argumentos provida


El semanario Alfa y Omega publicó el día 25 de septiembre estas razones o argumentos.

10 razones por la vida
«El debate está en la calle». Así de falsamente trata de justificar el Gobierno su intento de aprobar una nueva ley del aborto. Alfa y Omega ofrece aquí las claves de respuesta a muchas de las mentiras y manipulaciones que se oirán en los próximos meses


En las primeras semanas, se trata sólo de un puñado de células. Puedo hacer con mi cuerpo lo que quiera.Desde el instante de la concepción, existe ya un ser vivo con ADN humano único, que tiene que mandar un mensaje químico a la madre para que no luche contra él. Desde que es sólo una célula, su propio ADN dirige todo el programa de su desarrollo y crecimiento, hasta el nacimiento y más allá. Las dudas, a este respecto, del pasado han sido despejadas por la ciencia. A las dos semanas de la concepción (más o menos cuando se nota la primera falta), está completamente implantado en el útero. Una semana más tarde, ya se le están formando el cerebro, la médula espinal y los ojos; y unos días después le latirá el corazón. Sí, se alimenta de la madre, pero también lo hace un bebé recién nacido.

Abortar es un derecho.
No. Abortar es un delito, despenalizado en España en tres supuestos: que el embarazo sea fruto de una violación, que se presuma que el niño nacerá con «graves taras (sic) físicas o psíquicas» y que sea un grave riesgo para la vida y la salud física o psíquica de la madre. A pesar de las graves carencias de su sentencia, el Tribunal Constitucional rechazó en 1985 que sea un derecho, pues los derechos de la mujer no pueden «prevalecer incondicionalmente» frente a la vida del nasciturus. A pesar de lo que el lobby abortista intenta hacer creer a los países que se oponen al aborto, todavía no han conseguido que ningún documento de las Naciones Unidas reconozca un supuesto derecho al aborto.

La cárcel no es una solución para la mujer que aborta, que ya de por sí ha tenido que tomar una decisión difícil.
En España no hay ninguna mujer en la cárcel por haber abortado. En las últimas actuaciones judiciales por presuntos delitos de aborto, se ha dejado a las mujeres de lado y sólo han sido interrogadas como testigos. Además, en la cárcel hay muchas personas por haber cometido actos mucho menos graves (pequeños traficantes, chavales que cometieron una estupidez, personas que necesitaban dinero…)

Si el aborto no es legal, las mujeres arriesgarán su vida abortando clandestinamente.
El aborto nunca está justificado, sea legal o ilegal. La amenaza del aborto clandestino es una manipulación del lobby abortista. El doctor Bernard Nathanson, pionero arrepentido del aborto en Estados Unidos, ha reconocido que las estadísticas que daban de abortos ilegales y de las muertes que causaban «eran completamente falsas». En España se decía que eran cerca de cien mil, una cifra que no se ha alcanzado hasta después de 23 años de total permisividad. De hecho, en Nicaragua, un año después de que en 2006 se ilegalizara el aborto, la tasa de mortalidad materna se había reducido.

¿Cómo no va a poder abortar una mujer si su vida está en peligro?Podría ocurrir que, por tratar de salvar la vida de la madre, los médicos, sin buscarlo, mataran al niño. Estos casos son rarísimos en la práctica, y el Código Penal recoge esta extrema necesidad como eximente en su artículo 20.5. No es necesario que se despenalice ni que se legalice el aborto para solucionarlos.

Una mujer que ha sido violada, ¿debe cargar con el hijo «de su violador»?Ese niño inocente, que también es de la madre, no debe pagar un crimen tan execrable con su vida. Si la madre no se ve capaz de criarlo, puede darlo en adopción, y así romperá el ciclo de violencia. La violación es uno de los argumentos más manipulados a favor del aborto. Hace dos años, en Estados Unidos, un Comité de Mujeres Embarazadas por Asalto Sexual quiso hacerse oir: «Nos ofende profundamente cada vez que nuestra difícil situación se explota para promover los intereses políticos de otros». En los dos únicos estudios sobre estos casos, se descubrió que aproximadamente el 70% de mujeres en esta situación decidieron tener el niño. Además, el Elliot Institute, que estudia el síndrome post-aborto, en una encuesta a estas mujeres, descubrió que al 80% de las que habían abortado les había causado más mal que bien y se arrepentían.

Es cruel permitir que nazcan niños con graves malformaciones o deficiencias, o que van a morir nada más nacer.Ninguna sociedad ha tenido tantos medios (técnicos y sociales) como la nuestra para curar o mejorar la calidad de vida de muchos enfermos. ¿Quién y dónde traza la línea de lo que es una vida con calidad? Que cada vez haya más abortos por malformaciones menores y perfectamente solucionables como el labio leporino es una consecuencia lógica de hacer depender la dignidad de la calidad. Se habla de calidad en vez de felicidad, que todos pueden alcanzar si alguien (hay mucha gente dispuesta) los acoge y les da cariño. Incluso en el caso de que un niño vaya a morir poco después de nacer, ¿no vale la pena compartir con él el mayor tiempo posible?

Se debe proteger la intimidad de la mujer que aborta.
El argumento de la intimidad (con el que se legalizó el aborto en Estados Unidos), ya presupone que es una decisión de la madre, no un crimen. Si no, cualquier investigación policial sería una violación de la intimidad. Las clínicas que dicen defender la intimidad de las mujeres llamadas a testificar olvidan que, al tirar su documentación, fueron ellas quienes facilitaron que las localizaran. Muchos centros abortistas (como demostró una estudiante estadounidense) defienden la intimidad de las menores hasta el punto de callar, incluso si las acompañan novios (o posibles pederastas) mucho mayores. Su celo es tal que son incluso reacios a entregar a la propia mujer una copia de su historial completo, como ha denunciado la Asociación de Víctimas del Aborto.

No se debe criticar el aborto, porque ya es una decisión muy difícil: nadie quiere abortar.La tesis de los partidarios del aborto es tan débil que sólo pueden defenderla diciendo que, en realidad, es un mal necesario que nadie quiere -salvo quienes se lucran-. Si nadie quiere abortar, las Administraciones deben ofrecer un verdadero asesoramiento y ayudas a las embarazadas con dificultades; o, por lo menos, no retirar las subvenciones a las asociaciones que lo hacen.

No pueden imponerse las propias opiniones o creencias a los demás.Todos los argumentos en contra del aborto de estas páginas se basan en datos científicos, y en argumentos racionales. Curiosamente, casi siempre son los abortistas los primeros en mencionar la religión para desacreditar todos los argumentos de los provida. Cualquier razón contra el aborto es una creencia. Por el contrario, sus partidarios pueden imponer su opinión a toda la sociedad, incluso a los no nacidos que son eliminados.
María Martínez López

jueves, 25 de septiembre de 2008

El aborto a petición, o la liberación del hombre


La legalización del aborto, que suele presentarse como una liberación de la mujer, inevitablemente lleva a que el hombre quede descargado de su responsabilidad respecto a su hijo concebido. Por eso, el aborto a petición perjudica a la parte más débil, sostiene el Prof. Stith en otro artículo, publicado en distintos sitios de Internet, del que ofrecemos aquí un extracto.

Firmado por Richard Stith
Fecha: 24 Septiembre 2008
(Aceprensa)

La derecha liberal ha sido en los últimos siglos partidaria de la libertad individualista, y esta libertad ha sido eficaz para liberar a la humanidad del feudalismo y de los ciegos tradicionalismos que recortan las posibilidades humanas. La izquierda ha sido fundamental para el desarrollo de la sociedad por otra razón: ha llamado la atención sobre el hecho de que la pura libertad nos lleva a la ley de la selva, la guerra hobbesiana de todos contra todos, y de que hemos de cuidar que los débiles no pierdan su vida a causa de una libertad incontrolada. La izquierda no debe renunciar a esta vocación en los debates sobre el aborto.

En Estados Unidos se levantó una poderosa voz desde la izquierda después de que el aborto a petición se legalizó en 1973 –en la famosa sentencia Roe vs. Wade– como defensa de “la privacidad”. Esa voz fue la de la feminista radical Catherine MacKinnon. En su ensayo “La privacidad contra la igualdad” (en Feminism Unmodified 93-102, 1987) explica que “los partidarios y los contrarios al aborto comparten tácitamente una suposición: que las mujeres controlan de manera significativa el acto sexual. Investigaciones feministas sugieren lo contrario”.

MacKinnon sigue argumentando: “Mientras las mujeres no controlemos el acceso a nuestra sexualidad, el aborto facilita la disponibilidad heterosexual de la mujer. En otras palabras, bajo condiciones de no igualdad de género, la liberación sexual en este sentido no libera a las mujeres; libera la agresión sexual varonil. El acceso al aborto elimina la única excusa que quedaba para que las mujeres rehusaran el sexo, más allá del dolor de cabeza… La Fundación Playboy ha apoyado el derecho a abortar desde el principio”.

Aborto bajo presión

Quizá se pueda pensar que el libre acceso al aborto es liberador de mujeres educadas, poderosas y en la práctica “más iguales” a los varones –porque sus profesiones no son fácilmente compatibles con los hijos y por lo tanto el costo de oportunidad de tener un hijo podría ser alto para ellas–, pero ellas no representan a la mayoría de las mujeres ni en los EE.UU. ni menos aún en los países en desarrollo. No debe sorprender que en las encuestas, las mujeres suelen estar más en contra del aborto que los hombres, salvo en clase alta, donde es al revés. La división más grande sobre el aborto no es entre hombres y mujeres, sino entre las mujeres de estas capas altas que se creen libres, y así ven el aborto como una opción propia y necesaria, y las masas de mujeres que entienden que ese derecho solamente permite que el marido, el padre, el empleador, o el amante pueda más fácilmente quitarles una de la pocas satisfacciones de sus vidas: el amor de un hijo.

Un 64% de las mujeres que abortan en los EE.UU. se sienten presionadas por otras personas (1). Las mujeres estadounidenses casi siempre abortan para satisfacer los deseos de personas que no quieren acoger a su hijo (Frederica Matthews-Green, Real Choices, 1994).

El peligro para la salud de la madre que supone la legalización del aborto es muy controvertido, pero todos parecen estar de acuerdo en que el aborto de una mujer presionada puede terminar en un daño psíquico (véase el nuevo informe sobre el aborto recientemente publicado por la American Psychological Association [2]). El Dr. David Fergusson (que se define como “ateo y pro-choice”), de Nueva Zelanda, ha mostrado la alta incidencia de depresión tras un aborto legal y la necesidad de que las clientes lo sepan y que después reciban la ayuda médica apropiada (3).

En los países del tercer mundo, la situación de la mujer puede ser mucho peor. El aborto libre daña a las mujeres porque aumenta el poder de los amantes, los empleadores –e incluso los “padrotes”–, exceptuando el pequeñísimo porcentaje de mujeres de la clase alta, del cual desgraciadamente en ocasiones proviene la única voz femenina que se escucha en los altos organismos nacionales e internacionales. Proclamar por el mundo entero el derecho al aborto es adoptar como único modelo válido de ser mujer el de las clases sociales acomodadas de los países ricos, o de sus equivalentes en los países en desarrollo.

Para proteger a la parte más débil

En el fondo, el problema no es tan complicado. La izquierda siempre nos ha advertido de este gran peligro de los derechos individualistas: los que toman las decisiones fácticas son los que de verdad poseen los derechos, sin que importe quiénes son jurídicamente sus titulares formales.

Quizá alguien diga que aquí se pinta a las mujeres de los países en desarrollo con colores demasiado oscuros. Las mujeres embarazadas no son niñas. Son adultas y pueden tomar sus propias decisiones; decir lo contrario sería una especie de paternalismo. A esto se puede responder que la derecha liberal replica así a toda crítica al laissez faire. En cambio, la izquierda no ha estado nunca de acuerdo con eliminar todo paternalismo de la ley mientras haya grandes diferencias de poder entre clases y entre hombre y mujer. Es importante que la ley nos prohíba vender nuestro derecho a la integridad personal a un impulsivo sádico y mutilador; o nuestro trabajo a una empresa que prohíbe todo derecho sindical a sus obreros o que paga menos del salario mínimo. Si fueran legales tales actos, se facilitarían.

Es cierto que algunas mujeres pueden resistir presiones y negarse a abortar durante embarazos deseados por ellas. Sin embargo, la legalización del aborto a petición hace que ellas también sufran. Si la mujer aborta, el varón se ve liberado de cualquier responsabilidad como padre, y a la vez conserva a la mujer como objeto sexual. Pero si ella decide lo contrario y da a luz a su hijo, también pierde. Puesto que sólo ella decidió seguir adelante con el embarazo, la responsabilidad de educar al hijo parecería que es sólo de ella. Sobre todo si el padre ha estado a favor del aborto, y si además ha ofrecido pagarlo, pensará que el hijo no es su responsabilidad.

Peor aún si se descubre durante el embarazo que el niño es discapacitado: si ella no aborta, ella será la culpable del costo y de las “molestias” que ese tipo de niños trae consigo para el padre y para el seguro social. Es posible que hasta los médicos y sus conocidos la hagan sentirse culpable por no haber abortado.

Un empleador puede reaccionar de igual manera. Si él (o el Estado) paga los abortos, se va a sentir menos obligado a adecuar sus prácticas laborales a favor de la mujer embarazada o de la mujer que cuida a su hijo. Si a causa de la maternidad tiene problemas con las condiciones de trabajo, o con el horario, la situación se puede considerar como un problema “privado”

El hijo no querido… por otros

El aborto ofrece, en cierto sentido, una liberación de la mujer, pero a la vez, abre la caja de Pandora. A lo largo de la historia humana, los hijos han sido una consecuencia inevitable de las relaciones naturales entre varones y mujeres. Por lo tanto, los dos sexos se sabían igualmente responsables de ellos, y la sociedad no tenía otra posibilidad que ayudar en su formación.

Esto no sucede con el aborto libre. El aborto impide el nacimiento de un hijo. Por eso desvincula el nacimiento de los causantes del embarazo. No importa que la sociedad haya favorecido el matrimonio o el sexo, por ejemplo, o que el marido haya insistido en el acto sexual cuando su esposa no lo quería. Es ella y sólo ella quien decide si el niño entra al mundo. Por primera vez en la historia, el marido, el amante, el seguro social o el empleador puede apuntarlo con el dedo como la persona concreta que permitió la existencia de un ser humano no querido por uno de ellos.

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(1) Vincent M. Rue et al., “Induced abortion and traumatic stress”, Medical Science Monitor 10(10): SR5-16 (2004).

(2) 2008: http://www.apa.org/releases/abortion-report.pdf.

(3) Fergusson, D.M., Boden, J.M., & Horwood, L.J. (2007), “Abortion among young women and subsequent life outcomes”, Perspectives on Sexual and Reproductive Health, 39(1), 6-12; y Fergusson, D.M., Horwood, L.J., & Ridder, E.M. (2006), “Abortion in young women and subsequent mental health”, Journal of Child Psychology and Psychiatry, 47, 16-24. Ver también Aceprensa 6/06.

martes, 23 de septiembre de 2008

Un Congreso celebra en Washington los 20 años de la “Mulieris Dignitatem”


WASHINGTON, D.C., martes 23 de septiembre de 2008 (ZENIT.org) La Carta Apostólica de Juan Pablo II “Mulieris Dignitatem”, la primera en la historia dedicada completamente a las mujeres, sigue guiando la reflexión sobre el mundo de la mujer y sobre su contribución a la sociedad.

La próxima semana se celebrará, en el Centro Cultural Juvenil Juan Pablo II de Washington, capital de Estados Unidos, un congreso promovido por la Ave Maria School of Law y por la Catholic University of America Columbus School of Law.

El objetivo, según los promotores, es reflexionar sobre los veinte años de vigencia de la Carta, así como sobre los nuevos desafíos de la sociedad contemporánea sobre el papel de la mujer.

Según explicó a ZENIT la profesora Helen Alvaré, profesora de Derecho en la George Mason University y una de las organizadoras del congreso, muchos de los dilemas que afrontaba la mujer hace veinte años son aún actuales.

“Algunos son ahora más complejos”, explicó. “Pienso particularmente en la cuestión del significado del 'servicio' para las mujeres, madres o no, está lejos de haber sido explorada y armonizada con las oportunidades de la mujer en la sociedad”.

Según Alvaré, hace falta que pase el tiempo para que un documento como la “Mulieris Dignitatem” sea “recibido” y “plenamente valorado”: “como muchos documentos de Juan Pablo II, la 'Mulieris Dignitatem' ha sido pionera en el momento de escribirse, y analiza con mucha profundidad la situación de las mujeres en el mundo, de sus virtudes fundamentales y de sus principales problemas”.

“Incluso 20 años después de haber sido promulgada, aún hay que analizarla en profundidad”, constató.

Los temas

El grupo interdisciplinar de expertos presente en el congreso reflexionará sobre la naturaleza y significado de la maternidad y de la vida consagrada para la sociedad contemporánea, sobre el significado de la igualdad y sobre las tentativas, por parte de la sociedad, de remediar el “desorden” existente entre hombres y mujeres.

A la luz del análisis sobre la persona humana que emerge de la “Mulieris Dignitatem”, los expertos estudiarán problemas como la pornografía, la violencia doméstica y la legislación sobre el aborto, especialmente en el derecho constitucional americano, en el derecho internacional, en el derecho canónico y en el derecho de familia.

Según el decano y profesor asociado de la Ave Maria School of Law Eugene Milhizer, el derecho humano “está irremediablemente unido al derecho natural”, y añadió que “la cultura legal americana se basa en una consideración parcial y superficial de la naturaleza vinculante de la ley, pues considera que solo el derecho humano -o positivo- es plenamente válido y vinculante porque deriva de un poder humano legalmente establecido”

“En definitiva, como dijo una vez el beato Antonio Rosmini, la persona humana es la esencia del derecho”.

En la “Mulieris Dignitatem”, Juan Pablo II afrontó el desafío del feminismo contemporáneo, con una reflexión teológica sobre el verdadero significado de la femineidad, sobre la vocación de las mujeres y sobre su papel en la Iglesia y en la sociedad.

La Carta, difundida en 1988 con ocasión del Año Mariano, se escribió como una meditación sobre la Virgen Marçia, la Madre de Dios, en el contexto del misterio de Cristo y de la Iglesia.

Además de afrontar los desafíos particulares del feminismo contemporáneo, el texto seguía la recomendación de los obispos en el Sínodo de 1987 sobre la vocación y misión de los laicos.

Reconociendo la necesidad de una mayor participación del laicado en la vida de la Iglesia, los prelados exhortaban a un estudio más profundo de las bases teológicas y antropológicas necesarias para afrontar los problemas relativos al “significado y a la dignidad del ser mujer y del ser hombre” (“Mulieris Dignitatem”, n. 1).

Profética

Según la profesora Jane Adolphe de la Ave Maria School of Law, el congreso abordará cuestiones importantes, tanto para la Iglesia como para la sociedad, y la anticipación con que las trata esta Carta Apostólica.

“Vivimos en una época en la que los dones particulares de las mujeres son necesarios en todos los sectores de la sociedad”, afirma. “Por un lado, hay una comprensión mayor del papel fundamental que tienen las mujeres; pero en un mundo lleno de abuso de poder, explotación y violencia, las mujeres a veces 'oscilan' entre dos extremos”.

“En los ambientes liberales, corren a menudo el riesgo de ser consideradas objetos, mientras que en los más conservadores a veces son rechazadas o evitadas. El desafío para todas las mujeres -sobre todo para las laicas- en su respuesta a la llamada a la santidad, es irradiar el amor de Dios en un mundo que se opone a este amor”.

Por su parte, monseñor Grzegorz Kaszak, secretario del Consejo Pontificio para la Familia y uno de los ponentes más señalados del congreso, cree que “en los últimos años se han dado muchos progresos para las mujeres en la sociedad, pero también han surgido nuevos problemas”.

“Este congreso ayudará a concentrar nuestra atención en estos campos, y será útil para la Igelsia y para toda la sociedad”, añadió.

[Por Irene Lagan, traducción del inglés por Inma Álvarez]

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Noticias de libros: Contra el feminismo


Fuente: El Cultural (edición on line)
Firma el artículo:Bernabé SARABIA

Reseña del libro "Contra el feminismo"
Autora: Edurne Uriarte
Edita: Espasa. Madrid, 2008. 272 páginas, 20 euros.


Este libro analiza y deshace los mitos que el feminismo ha ido construyendo en las últimas décadas, mitos de los que se han servido muchas mujeres y algunas instituciones para medrar de modo injustificado. Era difícil que alguien le pusiera el cascabel al gato, dadas las condiciones históricas que ha soportado, y aún soporta, el género femenino. Edurne Uriarte es Catedrática de Ciencia Política de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y colaboradora habitual del diario ABC y de Mujer Hoy. Sus publicaciones, sus años de docencia en la Universidad del País Vasco y su activismo político en defensa del Estado de Derecho frente al nacionalismo la han situado, desde hace años, en el punto de mira de ETA.

La preocupación por la condición de la mujer es una constante en la vida académica y en la obra de Edurne Uriarte. En 1997 publicó, junto a Arantxa Elizondo, Mujeres en política y en posteriores publicaciones y conferencias ha ido añadiendo capas de reflexión hasta llegar a Contra el feminismo. En esta entrega ha reunido en ocho capítulos otros tantos grupos de falsas ideas impuestas por el feminismo.

La primera frase de este volumen es para recriminarle a la escritora Lucía Etxebarría unas declaraciones en las que decía: “Si fuera hombre, ya estaría en la Academia”. Edurne Uriarte le recuerda “sus ya abundantes y probados plagios”. Desde ahí desmenuza la discriminación de la mujer y lo que ella denomina “una de las invenciones más exitosas y engañosas del feminismo que es la del techo de cristal” o límite invisible que, por arriba, impide la progresión de las mujeres.

Lo que Edurne Uriarte denomina “las tentaciones de la dependencia” ilumina prototipos femeninos como el de las musas de artistas o directores de cine, las hijas de papá o las esposas de, como Hillary Clinton. El modelo Pretty Woman en que él es el héroe y ella el trofeo engarza su crítica con el de la “bella anoréxica”. Muy delgada y eternamente niña es la regla a la que deben atenerse quienes sigan este modelo.

Mediado Contra el feminismo, el capítulo dedicado a lo que supone la dictadura de la estética en las mujeres actuales se detiene en las tetas como santo y seña de la mujer actual. “Las tetas son rentables en cualquier profesión. También en la política”, escribe Edurne Uriarte a la vez que se escandaliza al contemplar cómo las mujeres desde sus nuevas posiciones de poder podrían insistir más en el cerebro y los méritos y dejar de lado el negocio de las tetas.

Páginas adelante recuerda la autora la escandalosa foto de las ministras de Rodríguez Zapatero para la revista Vogue en plan estrellas del glamour. Boquitas entreabiertas tipo Scarlett Johansson y azafatas complacientes dan ocasión para el agudo análisis de Edurne Uriarte. Los capítulos sexto y séptimo se ocupan de dos temas cruciales, la teoría de que las mujeres son genéticamente pacíficas y que biológicamente son superiores. Ni lo uno ni lo otro. La crueldad de las asesinas de ETA y de sus madres o el carácter ridículo de ciertas teorías biológicas desmienten ambos supuestos. Para cerrar este volumen, Uriarte desmonta el viejo supuesto según el cual el sexo es cosa de hombres y las emociones algo propio de las mujeres. En su opinión, sexo y emoción conforman la naturaleza de ambos géneros. No cabe consuelo para las mujeres engañadas.
Volumen audaz y valiente que ha de contrariar a un buen número de personas que contemplan con ojos acobardados y acríticos el rápido proceso de cambio que está transformado la condición femenina en gran parte del mundo.