miércoles, 30 de abril de 2008

Percy Barnevik: combatir la pobreza con microempresas




Malmö. El industrial sueco Percy Barnevik hasta hace unos años estaba en los consejos de administración de importantes empresas cotizadas en Bolsa y anteriormente fue presidente ejecutivo de algunas de ellas (ASEA, Asea Brown Boveri, Sandvik, Skanska, General Motors y Astra Zeneca). Ahora se dedica a impulsar otro tipo de empresas para combatir la pobreza rural en la India. Son empresas minúsculas en comparación con las anteriores, pero decisivas para miles de mujeres.
Artículo aparecido en Aceprensa.
Firmado por Alejandra Lemmo
Fecha: 22 Abril 2008


Actualmente Percy Barnevik, de 67 años, es el director de la Junta Directiva de la organización Hand in Hand. En ella ha invertido 100 millones de coronas suecas para promover proyectos, pero en realidad su mejor aportación ha sido su capacidad de liderazgo. Esta organización ayuda principalmente a mujeres en la India, en África del Sur y en Afganistán para que inicien sus propias empresas.

A finales de 2007 Hand in Hand había educado y entrenado a 272.000 mujeres, dando lugar así a la creación de 106.000 pequeñas nuevas empresas. También se encarga de 44 escuelas para acoger a niños, de forma que no sean explotados como mano de obra. Se hace cargo igualmente de centros de salud y de educación civil y cuenta con proyectos para el cuidado del medio ambiente.


Percy Barnevik junto a un grupo de mujeres
indias a las que presta ayuda a través de su
organización Hand and Hand
Su proyecto es ayudar a la India, y en especial a la mujer por ser la más vulnerable y discriminada. El principio de Percy Barnevick es ayudar a que se ayuden, de manera que las mujeres puedan sostenerse por sí mismas, gracias a su trabajo y a la posibilidad de dejar a los niños en una escuela. Se les facilita préstamos a condiciones razonables. No se trata de darles dinero, sino de ayudarles a comenzar, proporcionándoles los medios, la educación para que logren sacar adelante una actividad. Si no, todo se queda en pedir más dinero. Barnevik no está de acuerdo con la forma en que se lleva a cabo actualmente la ayuda de algunas organizaciones. Se trata de educar a estas mujeres pobres y darles el apoyo necesario para que puedan lanzarse.

Con respecto a los niños, Hand in Hand al principio daba dinero para liberar a los que hacían trabajos de esclavos. La policía, corrompida, no les prestaba ninguna ayuda, aun sabiendo que ese trabajo no era legal. En este momento Hand in Hand cuenta con la ayuda de la policía y ya nadie “contrata” a los niños porque sabe que Hand in Hand se los lleva.

La experiencia de Hand in Hand es que las mujeres a las que ayuda trabajan duro y tienen iniciativas, no beben, no juegan ni abandonan a su familia, de modo que son capaces de devolver el préstamo recibido.

Percy Barnevick ha aportado millones, pero sobre todo ha aportado su tiempo y su liderazgo. Su propósito era conseguir que antes de 2011, 100.000 mujeres trabajaran y que 25.000 niños fueran a la escuela. Pero se ha quedado corto. Todo ha funcionado tan bien que extenderán este plan a 30 distritos de forma simultánea, con lo cual se piensa que al término del plazo habrá 1,3 millones de mujeres trabajando y cien mil nuevas empresas.

En Afganistán los planes son parecidos: ayudar con microcréditos y asesoramiento a que 2,15 millones de afganos tengan trabajo en un período de 7 años. Percy Barnevick trata de poner en juego su experiencia empresarial. Por ejemplo, por su trabajo en Astra Zeneca, Barnevick sabe cómo se pueden fabricar medicinas baratas, y ahora va a exportar este sistema. En su agenda se encuentran reuniones con el Presidente de África del Sur y de Afganistán. Ha visto ir y venir tantos programas sin éxito que ahora está dispuesto a empezar proyectos de Hand in Hand en esos países.

Se trata de motivar a la gente, dice. Si continuara con actividades empresariales conseguiría beneficios, pero este otro trabajo es algo especial, comenta Percy Barnevick. No es poca recompensa ver cómo brillan los ojos de estas mujeres, orgullosas de poder salir de una situación de pobreza que las atenazaba.

miércoles, 23 de abril de 2008

40.000 chicas españolas se someten cada año a cirugía estética


En busca del cuerpo perfecto: 40.000 chicas españolas se someten cada año a cirugía estética

España es el país europeo más enganchado al bisturí ‘estético’; el aumento de pecho es lo más solicitado por las adolescentes


Los mensajes publicitarios y el modelo de ‘perfección’ física que fomentan los medios de comunicación hacen estragos en muchas ocasiones entre los más jóvenes. Sin tetas no hay paraíso, el título de una novela del colombiano Gustavo Bolívar y de una serie televisiva en España y en otros muchos países, resume a la perfección la convicción de muchas adolescentes.



Alrededor de 40.000 menores españolas se someten cada año a la cirugía estética en busca del cuerpo perfecto al que alude la serie de televisión. De hecho, España es el país europeo más enganchado al bisturí ‘estético’ y el aumento de pecho es la intervención más solicitada.



El doctor Antonio Porcuna, presidente de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE), considera que esa cantidad de operaciones es una “barbaridad”.



De la misma opinión es el doctor Víctor García Giménez, presidente de la Sociedad Española de Medicina y Cirugía Cosmética (SEMCC), quien declara que “dar cifras es complicado, porque hablamos de medicina privada, pero pocas operaciones no son”.



Al mismo tiempo, otros profesionales del sector creen que la cifra es “próxima a la realidad”, como la doctora María Jesús Barba.



“Está de moda la mujer con pecho”



Barba hace referencia a la creciente moda del aumento de pecho y dice, en referencia a las tallas, que “ahora se lleva la 95 o la 100. Está de moda la mujer con pecho. De ahí que los implantes de mama sea la cirugía más demandada por mujeres de todas las edades: menores, jóvenes y adultas”. “Muchas, incluso, se operan para aumentar una sola talla”, insiste.



Cada año, según cálculos del sector, unas 25.000 mujeres españolas pagan una media de 6.000 euros por ver cumplido el deseo de aumentar el tamaño de sus pechos.



Por la consulta de la doctora Barba pasan cientos de chicas. “A partir de los 18, muchas”, empeñadas en ajustar su físico a unos cánones de belleza impuestos por la publicidad, la moda, el cine o los medios de comunicación, recalca esta profesional. “No hay otra razón”, insiste.



En cualquier caso, el número de menores que pasan por el quirófano supondría el diez por ciento del total de operaciones de estética realizadas en España, que es líder en Europa y el cuarto país del mundo en este tipo de operaciones, por detrás de Estados Unidos, Brasil y Argentina.



Obsesión por el cuerpo ‘10’



“Desde los años ochenta del siglo pasado, los medios han fijado su atención en unos personajes cuyo único valor es tener un cuerpo perfecto, algo tan irreal como infrecuente. Y eso ha calado especialmente entre los más jóvenes”, afirma la psicóloga Rosa Calvo.



La presión social, del grupo y de la moda estarían, pues, en el origen de esa obsesión de los adolescentes por lucir un cuerpo 10, por imitar la nariz o los labios de su actriz preferida, o por lucir el mismo escote que la cantante de moda.



“El problema es que el desarrollo corporal no se ha completado a esas edades ni existe estabilidad emocional”, dos características inherentes a la adolescencia, apunta el doctor Porcuna.



“A 15, 16, 17 años, incluso antes, no debe operarse una nariz o las mamas si no es por un problema fisiológico importante. El organismo está todavía en pleno desarrollo y podría tener consecuencias graves en el futuro. Nunca, jamás a esas edades, debe entrar una chica en un quirófano por capricho”, advierte el presidente de SECPRE.



Porcuna apela a la responsabilidad, a la ética, de sus compañeros de profesión: “Nuestro código deontológico nos obliga a no hacer daño”, recuerda.

Asimismo, denuncia el intrusismo, unido a la falta de escrúpulos, de algunos que sólo piensan en “hacer caja”, y la ausencia de una normativa legal que regule las operaciones en adolescentes.



“Responsabilidad de los padres”


También hace mención a la responsabilidad de los padres, que son quienes pagan el “capricho” de sus hijas. “Deben entender que una cirugía siempre conlleva riesgos. Que no puede ser un regalo de Navidad o cumpleaños, o por un aprobado. No es lo mismo que regalar un coche o una moto”, añade el doctor Porcuna.



Esta nueva “adicción” de los jóvenes por la cirugía estética “debe preocuparnos”, agrega el doctor Víctor García Giménez, presidente de la Sociedad Española de Medicina y Cirugía Cosmética, y recuerda que todo médico, antes de operar, debe evaluar la madurez física y mental del paciente.



“La inmensa mayoría -continúa el presidente de la SEMCC- sabemos lo que sí y lo que no se puede hacer” cuando llega un joven a la consulta. “Es un tema de ética, de deontología, de ciencia”, insiste.



En su intento por hallar una explicación a tan preocupante banalización de la cirugía estética entre los más jóvenes, la psicóloga Rosa Calvo habla de su obsesión por tener un cuerpo perfecto unido al deseo de exagerar su identidad sexual.



“Cuando se miran al espejo, las adolescentes quieren ver reflejada una imagen exagerada de su condición de mujer. De ahí que sueñen con tener unos pechos más grandes”, asegura.



En una etapa de la vida tan vulnerable como es la adolescencia, “y de tantas inseguridades”, los chicos y chicas, explica la psicóloga, buscan la admiración de los demás y la identidad en lo corporal. “La inseguridad se focaliza sobre todo en la imagen”, comenta.



Rosa Calvo se refiere además a la ausencia de límites en la que son educados los jóvenes de hoy. “Desconocen, porque no se lo enseñamos, que no es positivo que se cumplan todos los deseos, ni los propios ni los ajenos, que las frustraciones ayudan a madurar, o que el valor de un ser humano no está en su cuerpo. Mucho menos en unos implantes de mama. Estamos obligados a enseñarles que no somos un trozo de carne”, concluye la psicóloga

viernes, 18 de abril de 2008

Carta de una madre a Corinne Maier

El 4 de abril apareció en la contra de la Vanguardia una entrevista penosa, triste, agria,...me resistí a colgarla en su día precisamente por esa radicalidad en lo negativo. Pero ayer tuve una alegría. Leí en La Vanguardia on line la carta de una madre que, con mucho empuje, saca adelante su vida y es enteramente feliz. A continuación transcribo parte de la contra (todo lo que he podido copiar en La Vanguardia, que no es mucho)para después seguir con la carta dirigida a Corinne Maier.

Fotografía de Corinne Maier.



Corinne Maier, portavoz del movimiento Women Child-Free (mujeres libres de hijos)
"Hay que elegir: o tienes un porvenir o tienes hijos"
LLUÍS AMIGUET - 04/04/2008
La familia es la primera cárcel del espíritu. Existe más pederastia, violencia sexista y violaciones dentro de la familia que fuera... Es un punto de vista. Y más crimen, abuso y represión dentro de la familia que fuera... ¡Cuánta frustración, celos, envidias se sufren bajo la apacible hipocresía de la sacralizada vida familiar!
Pues usted bien que fundó una.
Era joven, estaba enamorada y, sobre todo, no sabía lo que quería.
¿Y ahora sí lo sabe?
Tuve que enfrentarme a mí misma y a largas sesiones de psicoanálisis para darme cuenta de que toda mi vida había estado haciendo lo que creía que los demás querían que yo hiciera: trabajar en una empresa aburrida pero segura; tener hijos y marido; votar, pagar impuestos, tener coche, pagar la hipoteca... Y era muy desgraciada. ¿Ahora no hace todo eso? ...


Foto Angeles Montuenga.



Carta a Corinne Maier
Angeles Montuenga Badía 17/04/2008 - Presidenta Fundación Nins

Querida Corinne:

Me levanto a las 7.00. Me gusta escribir. Estoy leyendo a Irene Némirovsky. Tengo un trabajo peor remunerado de lo que debiera. Soy una experta en detección y eliminación de liendres y piojos. A veces juego al golf (soy handicap 18 y más de una vez lo cumplo). Me encanta la jardinería. He visitado la última exposición de Caixa Forum titulada: Príncipes Etruscos, te la recomiendo.

Hago la compra por Internet y por teléfono. No veo la tele. Disfruto hablando con mis amigas. Se me hace cuesta arriba acompañar a mis hijos a médicos, comprarles zapatos y una cocina por recoger.

Me encanta desayunar café y tostadas rodeada de caritas soñolientas y sonrientes. Sexualmente estoy muy satisfecha. Discutimos con una frecuencia soportable. Nuestros pareceres ponen a prueba la flexibilidad y solidez de nuestra relación en numerosas ocasiones. A los 18 años tuve un accidente que me cambió la vida. Es posible que en breve firme un contrato con una editorial del que seguro se hará eco este periódico.

Sin embargo he de confesarte una cosa: desearía volver a quedarme embarazada para poner en 'pause' lo de más arriba y dedicarme a la contemplación de una nueva combinación de los mayores dones del universo concentrados en un trocito de carne caliente que te mira necesitándote.

El mayor de mis logros es el nombre de cada uno de mis 5 hijos. Mi porvenir más inmenso e inabarcable son sus vidas, mis alegrías se multiplican por el factor 5 y el divisor de mis penas es el mencionado número. Mis afanes por su felicidad se elevan hasta el infinito. Mi capacidad de darme la facilita su simple 'mamá, ¿puedes?'. Mi capacidad de amarme la proporciona su mirada incondicional. Me siento redimida por su pasar por alto mis malos momentos. Ellos me hacen saber que no soy así , que 'estoy' así.

No conozco nada humano que no transpire proximidad de otro. No conozco nada verdaderamente dichoso que no pase por la apertura al que espera algo de ti. No entiendo cómo puedes llamar cárcel a la familia. Los enredos, angustias, susceptibilidades, vanidades, orgullos, la autocomplacencia son el entramado que conduce al estado de permanente insatisfacción y soledad. Estar en familia es bajar la guardia. Es quitarte la goma que sostiene tu mejor sonrisa para dejarte caer en los dulces ojos de quien te quiere. Sin más.

En tu infancia, faltó quien te mirara bien. Quien contemplara, con sorpresa, la maravillosa realidad de tu existencia. Es la única explicación a tanto despropósito.

Ojalá los tuyos nunca lean la contra del viernes 4 de abril. En la línea de su horizonte, sólo nubes negras: ni porvenir, ni familia, ni hijos.

Benedicto XVI sobre los abusos sexuales a niños en los Estados Unidos


Queridos amigos: Mercé nos contó ayer que durante el viaje de Benedicto XVI a Estados Unidos, había respondido a interrogantes incisivas, me atrevo a poner la respuesta a la pregunta más incisiva de todas (al menos visto desde los EEUU): el tema de los abusos de menores por parte de eclesiásticos, en el pasado.

Nótese que el Papa se ha referido a ello en más de una ocasión, lo que, para un viaje tan corto como éste, es mucho. Incluso ayer, se reunió en la Nunciatura, con víctimas de los abusos.

Es un tema muy importante y que a Benedicto le interesa solucionar. No olvidemos que él tuvo que "trabajar" en el tema cuando surgió el escándalo, durante el pontificado de Juan Pablo II, de manera que lo conoce muy bien.



El texto completo del discurso en la página del Vaticano. Sólo lo referido a los abusos sexuales.

El texto en castellano:

Entre los signos contrarios al Evangelio de la vida que se pueden encontrar en América, pero también en otras partes, hay uno que causa profunda vergüenza: el abuso sexual de los menores. Muchos de vosotros me habéis hablado del enorme dolor que vuestras comunidades han sufrido cuando hombres de Iglesia han traicionado sus obligaciones y compromisos sacerdotales con semejante comportamiento gravemente inmoral. Mientras tratáis de erradicar este mal dondequiera que suceda, tenéis que sentiros apoyados por la oración del Pueblo de Dios en todo el mundo. Justamente dais prioridad a las expresiones de compasión y apoyo a las víctimas. Es una responsabilidad que os viene de Dios, como Pastores, la de fajar las heridas causadas por cada violación de la confianza, favorecer la curación, promover la reconciliación y acercaros con afectuosa preocupación a cuantos han sido tan seriamente dañados.

La respuesta a esta situación no ha sido fácil y, como ha indicado el Presidente de vuestra Conferencia Episcopal, ha sido “tratada a veces de pésimo modo”. Ahora que la dimensión y gravedad del problema se comprenden más claramente, habéis podido adoptar medidas de recuperación y disciplinares más adecuadas, y promover un ambiente seguro que ofrezca mayor protección a los jóvenes. Mientras se ha de recordar que la inmensa mayoría de los sacerdotes y religiosos en América llevan a cabo una excelente labor por llevar el mensaje liberador del Evangelio a las personas confiadas a sus cuidados pastorales, es de vital importancia que los sujetos vulnerables estén siempre protegidos de cuantos pudieran causarles heridas. A este respecto, vuestros esfuerzos por aliviarlos y protegerlos están dando no sólo gran fruto para quienes están directamente bajo vuestra cuidado pastoral, sino también para toda la sociedad.

No obstante, si queremos que las medidas y estrategias adoptadas por vosotros alcancen su pleno objetivo, conviene que se apliquen en un contexto más amplio. Los niños tienen derecho a crecer con una sana comprensión de la sexualidad y de su justo papel en las relaciones humanas. A ellos se les debería evitar las manifestaciones degradantes y la vulgar manipulación de la sexualidad hoy tan preponderante. Ellos tienen derecho a ser educados en los auténticos valores morales basados en la dignidad de la persona humana. Esto nos lleva a considerar la centralidad de la familia y la necesidad de promover el Evangelio de la vida. ¿Qué significa hablar de la protección de los niños cuando en tantas casas se puede ver hoy la pornografía y la violencia a través de los medios de comunicación ampliamente disponibles? Debemos reafirmar con urgencia los valores que sostienen la sociedad, a fin de ofrecer a jóvenes y adultos una sólida formación moral. Todos tienen un papel que desarrollar en este cometido, no sólo los padres, los formadores religiosos, los profesores y los catequistas, sino también la información y la industria del ocio. Ciertamente, cada miembro de la sociedad puede contribuir a esta renovación moral y sacar beneficio de ello. Cuidarse de verdad de los jóvenes y del futuro de nuestra civilización significa reconocer nuestra responsabilidad de promover y vivir los auténticos valores morales que hacen a la persona humana capaz de prosperar. Es vuestro deber de pastores que tienen como modelo Cristo, el Buen Pastor, proclamar de modo valiente y claro este mensaje y afrontar, por tanto, el pecado de abuso en el contexto más vasto de los comportamientos sexuales. Además, al reconocer el problema y al afrontarlo cuando sucede en un contexto eclesial, vosotros podéis ofrecer una orientación a los demás, dado que esta plaga se encuentra no sólo en vuestras Diócesis, sino también en cada sector de la sociedad. Esto exige una respuesta firme y colectiva.

Los sacerdotes necesitan también vuestra guía y cercanía durante este difícil tiempo. Ellos han experimentado vergüenza por lo que ha ocurrido y muchos de ellos se dan cuenta de que han perdido parte de aquella confianza que tenían una vez. No son pocos los que experimentan una cercanía a Cristo en su Pasión, a la vez que se esfuerzan por afrontar las consecuencias de esta crisis. El Obispo, como padre, hermano y amigo de sus sacerdotes, puede ayudarlos a sacar fruto espiritual de esta unión con Cristo, haciéndoles tomar conciencia de la consoladora presencia del Señor en medio de sus sufrimientos, y animándolos a caminar con el Señor por la senda de la esperanza (cf. Spe salvi, 39). Como observaba el Papa Juan Pablo II, hace seis años, “debemos confiar en que este tiempo de prueba lleve a la purificación de toda la comunidad católica”, que conducirá “a un sacerdocio más santo, a un episcopado más santo y a una Iglesia más santa” (Mensaje a los Cardenales de Estados Unidos, 23 abril 2002, 4). Hay muchos signos de que, en el período siguiente, ha tenido de veras lugar esta purificación. La constante presencia de Cristo en medio de nuestros sufrimientos está transformando gradualmente nuestras tinieblas en luz: cada cosa es renovada realmente en Cristo Jesús, nuestra esperanza.

En este momento una parte vital de vuestra tarea es reforzar las relaciones con vuestros sacerdotes, especialmente en aquellos casos en que ha surgido tensión entre sacerdotes y Obispos como consecuencia de la crisis. Es importante que sigáis demostrándoles vuestra preocupación, vuestro apoyo y vuestra guía con el ejemplo. De esta modo los ayudaréis a encontrar al Dios vivo y los orientaréis hacia aquella esperanza que transforma la existencia de la que habla el Evangelio.

Si vosotros mismos vivís de un modo que se configura íntimamente con Cristo, el Buen Pastor, que dio la vida por sus ovejas, animaréis a vuestros hermanos sacerdotes a dedicarse de nuevo al servicio de la grey con la generosidad que caracterizó a Cristo. En verdad, si queremos ir adelante es preciso concentrarse más claramente en la imitación de Cristo con la santidad de vida. Tenemos que redescubrir la alegría de vivir una existencia centrada en Cristo, cultivando las virtudes y sumergiéndonos en la oración. Cuando los fieles saben que su pastor es un hombre que reza y dedica la propia vida a su servicio, corresponden con aquel calor y afecto que alimenta y sostiene la vida de toda la comunidad.


jueves, 17 de abril de 2008

El Papa Benedicto XVI en el Washington Nationals Stadium


Queridos amigos y amigas: el Santo Padre hoy en el Washington Nationals Stadium. El texto completo, en la página del Vaticano. En inglés.

A continuación, el video de hoy, de Acitv, que ha cubierto en YouTube puntualmente todo el viaje.

Especialmente significativas son las palabras que dirige el Papa a los hispanoparlantes, en el video. Las reproduzco al final de este post.



Queridos hermanos y hermanas de lengua española:

Deseo saludarles con las mismas palabras que Cristo Resucitado dirigió a los apóstoles: “Paz a ustedes” (Jn 20,19). Que la alegría de saber que el Señor ha triunfado sobre la muerte y el pecado les ayude a ser, allá donde se encuentren, testigos de su amor y sembradores de la esperanza que Él vino a traernos y que jamás defrauda.

No se dejen vencer por el pesimismo, la inercia o los problemas. Antes bien, fieles a los compromisos que adquirieron en su bautismo, profundicen cada día en el conocimiento de Cristo y permitan que su corazón quede conquistado por su amor y por su perdón.

La Iglesia en los Estados Unidos, acogiendo en su seno a tantos de sus hijos emigrantes, ha ido creciendo gracias también a la vitalidad del testimonio de fe de los fieles de lengua española. Por eso, el Señor les llama a seguir contribuyendo al futuro de la Iglesia en este País y a la difusión del Evangelio. Sólo si están unidos a Cristo y entre ustedes, su testimonio evangelizador será creíble y florecerá en copiosos frutos de paz y reconciliación en medio de un mundo muchas veces marcado por divisiones y enfrentamientos.

La Iglesia espera mucho de ustedes. No la defrauden en su donación generosa. “Lo que han recibido gratis, denlo gratis” (Mt 10,8). Amen!


Viaje de Benedicto XVI a Estados Unidos: preguntas incisivas.

Por su trascendencia y sentido positivo, transcribo un resumen de las preguntas que formuló el Papa Benedicto XVI a los Obispos. Es una llamada a la coherencia y a profundizar en las claves de la dignidad del hombre.

El Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción de Washimgton D.C. fue escenario del encuentro de Benedicto XVI con el episcopado norteamericano, en el día en que celebraba su 81 cumpleaños.
Firmado por Aceprensa
Fecha: 17 Abril 2008


Comenzó el Papa agradeciendo el “afecto leal a la Sede de Pedro” de la Iglesia norteamericana, para pasar enseguida a recordar los acontecimientos históricos ligados al nacimiento de la Iglesia en Estados Unidos. Se cumple ahora el bicentenario de la fundación de las diócesis de Boston, Nueva York, Filadelfia y Louisville; y de la erección de la primera sede, Baltimore, como archidiócesis. Animó el Papa a seguir con el mismo espíritu de aquellos comienzos, uno de cuyos rasgos fundamentales fue la actitud de hospitalidad ante la inmigración. El Papa animó “a seguir acogiendo a los inmigrantes que se unen hoy a vuestras filas, compartir sus alegrías y esperanzas, acompañarlos en sus sufrimientos y pruebas, y ayudarlos a prosperar en su nueva casa”.

La profunda religiosidad del pueblo estadounidense, que hace presente a Dios y acude a Él en todos los ámbitos, incluida la vida pública, en un contexto de sana libertad religiosa, mereció también el reconocimiento del Pontífice: “El respeto por la libertad de religión está profundamente arraigado en la conciencia americana, un dato que de hecho ha favorecido que este país atrajera generaciones de inmigrantes a la búsqueda de una casa donde poder dar libremente culto a Dios según las propias convicciones religiosas”.

Coherencia

Entró a continuación el Papa a mencionar algunos aspectos que merecen ser atendidos por los obispos en su misión pastoral. Mencionó en primer lugar el laicismo, que intenta convertir la religión en un hecho privado: “Si bien es verdad que este país está marcado por un auténtico espíritu religioso, la sutil influencia del laicismo puede condicionar sin embargo el modo en que las personas permiten que la fe influya en su comportamiento”. En este sentido, hizo el Santo Padre preguntas incisivas a los obispos sobre la unión que debe haber entre la fe y la vida, entre las creencias religiosas y las decisiones morales: “¿Es acaso coherente profesar nuestra fe el domingo en el templo y luego, durante la semana, dedicarse a negocios o promover intervenciones médicas contrarias a esta fe? ¿Es quizás coherente para católicos practicantes ignorar o explotar a los pobres y marginados, promover comportamientos sexuales contrarios a la enseñanza moral católica, o adoptar posiciones que contradicen el derecho a la vida de cada ser humano desde su concepción hasta su muerte natural?”. Animó el Papa a perseguir y difundir esa auténtica unidad de vida, cuando dijo que “es necesario resistir a toda tendencia que considere la religión como un hecho privado”; “sólo cuando la fe impregna cada aspecto de la vida, los cristianos se abren verdaderamente a la fuerza transformadora del Evangelio”.

El materialismo fue otro de los aspectos sobre los que el Papa quiso llamar la atención del episcopado norteamericano. Alertó contra el peligro de “ser atraídos por las posibilidades casi ilimitadas que la ciencia y la técnica nos ofrecen”, cayendo en el error de pensar “que se puede conseguir con nuestros propios esfuerzos saciar las necesidades más profundas”. Planteó a los obispos empeñarse en un objetivo pastoral para llenar esos vacíos existenciales: “ayudar a las personas a establecer y alimentar semejante relación vital con Jesucristo nuestra esperanza”.

Un tercer punto sobre el cual el Papa centro su atención fue el individualismo en la práctica religiosa. Animó a rechazar percepciones de la religión y de la piedad que se encierran en una relación privada con Dios “en detrimento de la llamada a ser miembros de una comunidad redimida”. “Si pareciera que esto va en contra de la cultura actual –continuó Benedicto XVI–, sería sencillamente una nueva prueba de la urgente necesidad de una renovada evangelización de la cultura”, tarea que los obispos no deben desatender: “Estáis llamados también a participar en el intercambio de ideas en la esfera pública, para ayudar a modelar actitudes culturales adecuadas”. El Papa dijo que contaban para ello con un contexto favorable “en el que se aprecia la libertad de palabra y se anima un debate firme y honesto, se respeta vuestra voz que tiene mucho que ofrecer a la discusión sobre las cuestiones sociales y morales de la actualidad”.

Sobre el papel de los laicos, el Papa animó a los obispos a renovar sus esfuerzos por “ofrecerles una sólida formación de la fe”, teniendo en cuenta que vivimos “en una época saturada de informaciones” y en medio de un progreso científico que presenta a su vez importantes desafíos éticos. Junto con ello, alentó también a continuar con la tradición que concede “un alto valor a la educación religiosa”.

Benedicto XVI se refirió también a algunas leyes que suscitan preocupación desde el punto de vista de la moralidad. Junto a mantener un testimonio claro y unitario sobre esas materias, el Papa animó a los prelados estadounidenses a dar una batalla más a largo plazo y a insistir en la formación moral: “Es más importante aún la apertura gradual de las mentes y de los corazones de la sociedad en su conjunto a la verdad moral: aquí hay todavía mucho por hacer”, dijo el Papa.

El escándalo de los abusos sexuales


La familia es otro de las grandes responsabilidades que el Papa quiso presentar a los obispos. “Es vuestro deber –afirmó– proclamar con fuerza los argumentos de fe y de razón que hablan del instituto del matrimonio, entendido como compromiso para la vida entre un hombre y una mujer, abierto a la transmisión de la vida”.

Al final de su intervención el Papa dedicó varios párrafos al escándalo de los abusos de menores por parte de sacerdotes, uno de “los signos contrarios al Evangelio de la vida que se pueden encontrar en América”. “Muchos de vosotros –dijo el Santo Padre a los Obispos– me habéis hablado del enorme dolor que vuestras comunidades han sufrido cuando hombres de Iglesia han traicionado sus obligaciones y compromisos sacerdotales con semejante comportamiento gravemente inmoral”. En Les animó a dar “prioridad a las expresiones de compasión y apoyo a las víctimas” y a articular “medidas de recuperación y disciplinares más adecuadas, y promover un ambiente seguro que ofrezca mayor protección a los jóvenes”. Pero además, añadió, hay que plantear objetivos en un horizonte más amplio: “¿Qué significa hablar de la protección de los niños cuando en tantas casas se puede ver hoy la pornografía y la violencia a través de los medios de comunicación ampliamente disponibles?”, se preguntaba el Papa.

Terminó hablando de la formación de los sacerdotes y de la cercanía de los obispos con su presbiterio. Llamó a “reforzar las relaciones con vuestros sacerdotes”, para lo cual “es importante que sigáis demostrándoles vuestra preocupación, vuestro apoyo y vuestra guía con el ejemplo”.

miércoles, 16 de abril de 2008

Nuevo papel de los abuelos ante los cambios en la estructura familiar

De padres del “baby-boom” a cuidadores de nietos


Cada vez es más frecuente ver abuelos al mando del cochecito de sus nietos y abuelas que esperan a mediodía la salida de los niños del colegio. Son abuelos jóvenes que, para bien o para mal, viven una segunda paternidad. El nuevo rol de los abuelos es consecuencia también de los cambios en la estructura familiar y de los difíciles horarios de trabajo de sus hijos.

Firmado por Cristina Abad Cadenas
Fecha: 16 Abril 2008




Pieza fundamental para el mantenimiento de la unidad familiar, los abuelos son portadores de la historia, transmisores de cultura y en ocasiones ejercen una labor de mediación en los conflictos entre la segunda y la tercera generación. Históricamente, la figura del abuelo ha sido un referente en la vida de las familias, ligada, sobre todo, a la infancia de los niños. Sin embargo, en nuestros días es frecuente encontrar adultos con abuelas y abuelos vivos.

Los abuelos españoles de hoy conforman un auténtico ejército. Fueron padres jóvenes en la época del baby-boom –entre 1957 y 1977- y son responsables, por tanto, del incremento de población en España. La coincidencia de este fenómeno con el aumento de la esperanza de vida, especialmente en el varón, ha generalizado la experiencia de ser abuelo, mientras que la jubilación más temprana ha contribuido a crear su estatus de hombre relativamente libre en el uso de su tiempo y en buen estado de salud, que puede dedicar más tiempo a sus nietos.

Más abuelos con más tiempo


Hay más mayores que cuidar pero también más mayores para cuidar, como explica Lourdes Pérez Ortiz, profesora de la Universidad Autónoma de Madrid, en su informe “La estructura social de la vejez en España. Nuevas y viejas formas de envejecer”.

El futuro, sin embargo, dependerá de las decisiones de fecundidad de los más jóvenes; y, en este sentido, se prevé que las generaciones nacidas a partir de 1975 cuenten con menor número de abuelos, y estos, a su vez, tengan menos nietos. Según fuentes de la Asociación de Abuelos y Abuelas de España (ABUESPA), “como los jóvenes se están casando a edades superiores y es previsible que sus hijos hagan lo mismo, los abuelos futuros no serán sin duda abuelos jóvenes y no podrán colaborar tanto en la atención de los nietos, ni en el apoyo al matrimonio de los hijos”.

Según los expertos, el cambio de rol de nuestros abuelos se apoya también en otras causas que hacen de ellos unos pioneros: la reducción del núcleo familiar, una mayor valoración de lo emotivo que afecta sobre todo a los varones, la incorporación de la mujer al mundo laboral y la extensión del fracaso matrimonial. A los niños pequeños a los que no pueden cuidar sus padres –por separación o divorcio, porque trabajan o por cualquier otro motivo– ya no los cuidan sus hermanos mayores, porque casi no tienen; los cuidan los abuelos.

Este cambio en la estructura familiar y las consecuencias que de él se derivan ha despertado el interés de entidades de orientación familiar, asociaciones, administraciones públicas e instancias sanitarias. Es el caso del Instituto de Ciencias para la Familia de la Universidad de Navarra, donde el Dr. Jorge Pla Vidal impartirá un curso este verano sobre “Ancianidad, familia y salud: retos y oportunidades”, o el de ABUESPA, entidad que nació en 2005 y cuyo objetivo es “unir, formar y animar a los abuelos y abuelas para que, con su experiencia y puesta al día, cumplan con el objetivo de ser más útiles a sus hijos y nietos”.

Segunda maternidad

Según el Dr. Pla Vidal, director del departamento de Psiquiatría y Psicología médica de la Clínica Universitaria de Navarra y consultor clínico del Instituto de Ciencias para la Familia, “los abuelos tienen un papel insustituible como escuela donde desarrollar las virtudes y los afectos, pueden modular los aspectos más tensos de la convivencia paterno-filial, cooperan en las tareas del hogar cuando su salud lo permite, y aportan una visión menos parcial de todas las situaciones por la trayectoria recorrida”.

En principio, y según las encuestas recogidas por la profesora Lourdes Pérez Ortiz en el informe citado, los abuelos valoran la compañía de sus nietos, sobre todo si son pequeños. “Muchas abuelas afirmaron haber sentido mayor alegría por el nacimiento de sus nietos que cuando ellas fueron madres. Además, tener nietos suponía para ellas una fuente de orgullo y enriquecimiento personal, que les ayudaba a sentirse jóvenes y útiles para los demás. Así mismo, para muchos hombres mayores, la función de abuelo puede ser especialmente significativa porque permite superar mejor las consecuencias negativas de la jubilación y representa una segunda oportunidad, para corregir errores u omisiones que cometieron en la relación con sus hijos”.

Cada uno en su sitio

Aunque todo esto es positivo también pueden darse algunos excesos. Con frecuencia, las circunstancias obligan a los abuelos a ejercer funciones que deberían cumplir los padres: la educación y la atención de las necesidades básicas, por ejemplo. “Siempre que no superemos sus propias capacidades es beneficioso que reciban encargos o participen de la vida familiar. El problema surge cuando se acude a ellos para suplir deficiencias que tenemos en nuestro mundo: atender a los nietos cuando son pequeños y no pueden hacerlo el padre o la madre, dar estructura a familias rotas, u otras funciones que pueden generarles tensión”, añade el Dr. Pla Vidal.

Las relaciones entre abuelos y nietos tienen un marco específico que las distingue de las relaciones entre padres e hijos, en especial la “distancia generacional” que puede facilitar el establecimiento de relaciones más libres. Ni los abuelos tienen la misma responsabilidad sobre los nietos que los padres sobre los hijos, ni los nietos sienten la necesidad de rebelarse contra los abuelos.

Cuando esta distancia no se respeta, se producen conflictos familiares, los nietos acusan las ausencias de los padres, y los abuelos –sobre todo las abuelas–, la carga de trabajo que supone el cuidado de los nietos, las diferencias en las culturas de crianza y la ambigüedad con respecto a la responsabilidad última de la atención.

Fuentes de la ABUESPA consideran que “a los abuelos, en general, les satisface mucho colaborar en la educación de los nietos y que los hijos manifiesten respeto a la labor que realizan. No les satisface en absoluto cuando los hijos los consideran simplemente como un recurso para ‘librarse de sus hijos’ y los utilizan como ‘cuidadores’ de los nietos, sin valorar la labor que con ellos pueden realizar”.

Problemas de ansiedad

Esta insatisfacción puede acabar en el médico: “A la consulta llegan personas mayores con problemas de ansiedad y depresión –asegura el Dr. Pla–. Pueden venir derivadas de la atención a nietos, mucho más jóvenes y vitales, que obligan a desplegar unas energías físicas muchas veces mermadas y que genera cansancio y tensión; o de la vivencia de los problemas matrimoniales de los hijos (desavenencias, separación, divorcio, maltrato, etc.) y las consecuencias para estos y los nietos”.

“El estilo de vida más saludable para una persona a partir de la jubilación –agrega el Dr. Pla– consiste en mantener las ilusiones en la mayoría de ámbitos posibles, cumplir la nueva etapa con otro ritmo y afrontar con serenidad y paciencia las dificultades que puedan presentarse. Debe decir sí a lo que le permita seguir con una vida activa, ilusionante, donde los afectos puedan estar presentes, pero debe decir no a lo que le genere ansiedad o supere sus actuales capacidades”.

“El papel de los abuelos es fundamental –concluye los responsables de ABUESPA- porque tienen la experiencia, la sensatez, el criterio y el amor para ayudar en la educación de los nietos. La sociedad debe aprovechar y, sobre todo apreciar, la relación de los abuelos con los nietos ya que ofrece a ambos posibilidades de enriquecimiento humano, profundas enseñanzas y, sobre todo, formación en valores. Su función es ayudar a desarrollar a esos niños como personas, reforzarlos en el plano espiritual. No se trata de opinar y corregir sobre el manejo de la casa, sino colaborar con los padres en la educación de sus hijos. En algunas ocasiones a los padres les falta serenidad para afrontar los problemas educativos, que son normales a la edad de los hijos, por cansancio y falta de reflexión. La educación exige paciencia y constancia, cosa que suele faltarles. Los abuelos podemos ayudarles a ver con más claridad los problemas y con cariño convencerles de que su negocio principal son sus hijos y que a ellos deben dedicarles tiempo, necesario también para reforzar su matrimonio”.

martes, 15 de abril de 2008

Tres mujeres valientes.

Caroline, Lorraine y Paola: tres opciones radicales en la frontera de la muerte
(Artículo de Jorge Enrique Mújica, publicado en Forumlibertas el 14-IV-08)

Tres madres que, en los últimos meses, murieron por salvar a sus bebés; heroísmo que toca al corazón.


Caroline, Lorraine y Paola. Francesa, inglesa e italiana, respectivamente. Sus vidas son paralelas no sólo porque son mujeres y europeas, sino, sobre todo, por la actitud de coraje y valentía que asumieron cuando una opción radical tocó a su puerta: la muerte o la vida.





Caroline Aigle fue la primera mujer piloto de caza de la armada francesa y astronauta. A los 14 años ingresó en la escuela militar de Saint-Cyr. Con 25 años, en 1999, se convirtió en piloto de caza para, en 2005, pasar a ser comandante.

En junio de 2007, en el quinto mes de embarazo de su segundo hijo, le diagnosticaron cáncer. Si quería seguir viviendo debía abortar al bebé para ser sometida a un tratamiento. ¿Decisión? Caroline nació para luchar, no para rendirse. Con tal de evitarle un daño a su hijo, renunció al tratamiento. ¿Consecuencia? Nació Gabriel con cinco meses y medio pero ella falleció. Antes de morir pudo ver a Gabriel en varias ocasiones y cargarlo en brazos.


Caroline ya era madre de un niño


“No podía detener la vida de un ser que había llevado consigo cinco meses (…) Este fue su último combate, y lo ganó”, declaró el también piloto y esposo de Caroline, Christopher Deketelaere.

"Mi bebé vivirá"

La respuesta de Lorraine Allard a los médicos que le sugirieron abortar para salvar su vida fue: “si voy a morir, mi bebé vivirá”. Casada, 33 años y con tres hijas, a los cuatro meses de su cuarto embarazo fue diagnosticada con cáncer en el hígado. ¿Qué hacer? Llevó adelante su embarazo. El 18 de noviembre de 2007 nació el pequeño Liam y Lorraine pudo tenerlo a su lado como feliz mamá hasta el 18 de enero de 2008, fecha en que falleció.



Lorraine Allard poco después del parto;
pudo estar con su bebé 2 meses antes de morir

Martyn Allard, esposo de Lorraine, ha decidido que cuando Liam crezca, no le dirá que su madre murió por él sino que su madre se aseguró de darle la oportunidad de vivir.

Tumor en el sexto mes de embarazo

En Italia, Paola Breda puso la vida de su hijo ante todo. También antes de la propia. En el sexto mes de embarazo, Paola descubrió que tenía un tumor pero jamás aceptó recurrir a medicamentos que habrían dañado al hijo que llevaba en su vientre. En enero de 2007 nació el pequeño Nicola. Aunque Paola luchó por vivir, el lunes 7 de abril falleció.

Giuseppe Nadal, un sacerdote católico que ha acompañado con paternal solicitud a Paola durante todo este tiempo, declaró sobre ella: “Ni siquiera en el momento de la máxima prueba tuvo el mínimo replanteamiento. Paola era de verdad un himno a la vida y un ejemplo para todos nosotros”.

Y también añadió: “Cuando descubrió que estaba enferma, vino a la iglesia llorando, pero aquellas no eran lágrimas de dolor por el mal que la había golpeado, sino de agradecimiento al Señor por el don de esta nueva maternidad. Ella y su marido habían esperado nueve años después de haber tenido a la primera hija y este segundo embarazo la había hecho todavía más feliz”.

Frente a estos ejemplos luminosos que van totalmente contracorriente, es difícil que otros seres humanos no se conmuevan y se opongan a una cultura de la muerte que defiende el aborto como derecho y conquista.

Frente al aborto, conscientes del riesgo que corrían, estas mujeres han elegido la generosidad.

A pesar de vivir en una época donde la vida humana parece valer nada y donde el egoísmo se convierte en ley, siguen existiendo testimonios de mujeres que nos enseñan que dar la vida por un hijo, dar la vida por el prójimo, es una excepción que sigue teniendo un gran sentido cuando se ha captado el significado ya no sólo de la maternidad, sino de lo que significa ser persona, de lo que significa amar.

sábado, 12 de abril de 2008

Artículo: "Humor y cerebro de mujer"


Humor y cerebro de mujer

Autor: Natalia López Moratalla
Fuente: Diario de Navarra, España
Fecha: 2008-04-09

“Los hombres son de Marte y las mujeres de Venus”, según el conocido título de Gray. Diferencias planetarias al margen, ellos y nosotras convivimos en la Tierra con muchos puntos en común y algunos en franca diferencia. Aprovechando que la alegría cotiza al alza y que hoy celebramos el Día Internacional de la Mujer, el sentido del humor también merece una reflexión. Sí, sí, el humor es algo muy serio. Tanto, que neurocientíficos de la Universidad de Stanford afirman que es necesario el largo viaje entre Marte y Venus para comprobar la diferencia con que ellos y ellas perciben el mundo. Aunque alguien pueda tomarlo a broma, la explicación aparece, tal cual, en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).

Hombres y mujeres usan de forma distinta el cerebro para percibir y apreciar el humor. En primer lugar, la apreciación del humor supone percibir una incongruencia, para lo que son necesarias varias estructuras de la corteza cerebral, la capa “fría” del cerebro que integra y analiza. Ahí, en las zonas implicadas en el procesamiento del lenguaje, las que participan en la comprensión semántica de lo coherente, no se aprecian diferencias entre sexos. Los gráficos de PNAS muestran cómo se “iluminan” las mismas zonas cuando se les presenta durante seis segundos un chiste dibujado, otro después de pocos segundos, y así sucesivamente. Incluso no hay diferencias en lo que encuentran divertido los hombres y las mujeres. Por tanto, la respuesta al humor presenta características universales.

Ahora bien, las mujeres activan regiones específicas del cerebro en mayor extensión que los varones cuando se les presenta un estímulo humorístico. La estrategia femenina, que tanto desconcierta a los hombres, tiene siempre y para todo un paso adicional por el lado derecho de la capa “caliente” del cerebro. El sentimiento de diversión, o de tedio, o incluso malestar, requiere estructuras subcorticales, de la segunda de las tres capas concéntricas. Es ahí, en el sistema límbico, donde los pensamientos se tiñen del color de la emoción. Y se tiñen con dopamina, que en ellas se fabrica en más o menos cantidad según el grado emotivo y así confiere la correspondiente intensidad humorística a un chiste. Para los hombres no cambia la cantidad de tinte emotivo: basta el conocimiento “a secas”. Pero eso sí, para ambos lo chistoso es gracioso.

Menos tensión y más alegría

Esa misma diferencia de estrategia cerebral, ese paso obligado para el cerebro femenino por el terreno de las emociones, es lo que suele producir el desconcierto mutuo ante la descripción de “¿por dónde se va a tal sitio?”. Ella dirá: ve hacia arriba, hasta la tienda de bolsos que hace esquina; y gira a la derecha, hasta llegar a la casa de tejado verde. Él se limitará a medir en metros o kilómetros, hacia el norte o el sur…

Siempre hemos sabido que ellos suelen tener más sentido de la orientación espacial. Gracias a las neurociencias sabemos por qué. Un equipo de investigación en neuroimagen, compuesto por alemanes, canadienses y suizos, estudió qué ocurre en el cerebro de unos y otras mientras realizan una actividad de rotar mentalmente objetos geométricos en tres dimensiones. Sus conclusiones aparecieron en la revista científica Neuropsychologia. Las mujeres utilizan los dos hemisferios para casi todo, mientras que los hombres usan predominantemente uno: el lenguaje a la izquierda y la habilidad visual-espacial a la derecha. En el derecho de la mujer el terreno que emplea para el lenguaje compite con la orientación espacial.

La estrategia masculina es de “construir” manipulando mentalmente el objeto, a fin de reorientarlo en el espacio (lado izquierdo); la femenina es más de “recuerdo y reconocimiento” (el derecho). Para ir hacia Venus él necesita planos interesterales; ella, con un par de detalles de los que conmueven irá y volverá de Venus a Marte sin perderse.

Bien comprendida y aplicada en la vida cotidiana, la investigación neurocientífica supone una gran ayuda para armonizar las relaciones personales entre hombres y mujeres. Por extensión, un buen uso de este conocimiento favorece unas relaciones sociales menos tensas: con más alegría y sentido del humor.

miércoles, 9 de abril de 2008

Sistema escolar público de Estados Unidos: educación diferenciada


Un reportaje de Elizabeth Weil para el New York Times (2-03-2008) refleja la paulatina extensión de la educación diferenciada en el sistema escolar público de Estados Unidos.
Fuente: The New York Times
Fecha: 7 Abril 2008


“Enseñar por separado a chicos y chicas ha sido siempre corriente en las escuelas privadas y parroquiales. Pero ahora la idea está ganando fuerza en las escuelas públicas norteamericanas, tanto por el deseo de los padres de tener más opciones como por las sendas crisis que han afectado a las chicas y a los chicos”. Primero se detectó que ellas quedaban atrás en matemáticas y ciencias; luego se ha visto cómo ellos iban cada vez peor en casi todos los índices de rendimiento académico.

Así lo muestran las medias nacionales. La tasa de expulsiones temporales es casi el doble en los chicos que en las chicas, y la de repetidores, 1,5 veces mayor. El fracaso escolar es más frecuente en ellos: el 65% terminan la enseñanza secundaria a su tiempo, frente al 72% de las chicas. Son chicos dos de cada tres alumnos de educación especial.

“Se discute si existe una crisis en la educación de los chicos blancos de clase media; pero no hay duda de que la escuela pública está fracasando con los alumnos pobres de minorías en general, y en particular con los chicos”. No se ha conseguido recortar las diferencias entre alumnos ricos y pobres, entre blancos y negros. “Empieza a cundir la desesperación”, dice Benjamin Wright, responsable de la red escolar pública de Nashville (Tennessee), y añade: “La coeducación no funciona. Es hora de probar otra cosa”.

Wright empezó probando la educación diferenciada cuando estuvo destinado en una escuela primaria de Seattle, donde encontró un notable retraso de los chicos. Al cabo de un año de experimentar con clases separadas, la proporción de chicos que alcanzaban el nivel mínimo de conocimientos subió del 10% al 35% en matemáticas y del 10% al 53% en lectura y escritura.

Pero no siempre se obtienen éxitos tan rotundos. Después, Wright trabajó en el programa de educación diferenciada de Filadelfia, y los resultados fueron bastante modestos. Wright lo atribuye en parte a falta de convencimiento entre los profesores. Algunos distritos que ensayaron la educación diferenciada, la han abandonado porque los progresos académicos eran pequeños y las complicaciones logísticas, grandes.

El balance por ahora muestra una expansión cada vez más rápida. En 1995, en todo Estados Unidos había solo dos escuelas públicas de educación diferenciada; ahora hay 49, y dos tercios de ellas han abierto en los tres últimos años. Hay también escuelas mixtas que ofrecen educación diferenciada al menos en algunas asignaturas: según la National Association for Single Sex Public Education, desde 2002 han pasado de una docena a más de 360 (no se dispone de números exactos).

Una de esas escuelas es la Intermedia de Foley (Alabama), donde el 70% de los alumnos reciben subvenciones para comedor y cerca de la mitad son negros o hispanos. Cuando empezó a ofrecer educación diferenciada, se apuntaron un tercio de las familias; en el siguiente curso se duplicaron las peticiones, y en el tercero alcanzaron el 87%. Según la directora, Lee Mansell, en las clases separadas por sexos hay “menos problemas de disciplina, más apoyo de los padres y mejores notas en escritura, lectura y matemáticas”.

Para chicas de Harlem

Weil presta particular atención a The Young Women’s Leadership School (TYWLS), de Harlem (Nueva York), considerada la pionera del actual movimiento en favor de la educación diferenciada pública. Esta escuela femenina se abrió en 1996, y hasta ahora todas las alumnas que se han graduado en ella han sido admitidas en la universidad.

La fundadora de TYWLS es Ann Rubinstein Tisch, antes redactora de NBC Network News. La idea le vino cuando hacía un reportaje en Milwaukee a finales de los ochenta, sobre una escuela pública que acababa de abrir una guardería para facilitar a las alumnas con hijos reincorporarse y terminar la secundaria. Tisch entrevistó a una de ellas, que tenía 15 años: “¿Dónde te ves dentro de cinco años?”; la chica se echó a llorar. “Me dije: está atrapada, y lo sabe –recuerda Tisch–. Y su situación afecta a tres generaciones: su madre, su hijo y ella misma. Tenemos que dar a estas niñas una vía completamente diferente; una vía que está abierta a las chicas de familias adineradas, o de escuelas parroquiales, o de escuelas judías”.

Para poner en marcha su idea, Tisch comenzó por visitar escuelas femeninas privadas y contratar un asesor jurídico. Habló con la superintendente de un distrito escolar neoyorquino que incluye parte de Harlem y consultó con Rosemary Salomone, profesora de Derecho en St. John’s University. Había un obstáculo legal: según establece una ley de 1972, los colegios que reciben financiación federal no pueden discriminar a los alumnos por razón del sexo. Pero Salomone señaló que el proyecto podía apoyarse en un informe del Departamento de Educación del municipio neoyorquino, que había detectado una desventaja de las alumnas, sobre todo negras e hispanas, con respecto a los chicos, en matemáticas y ciencias.

Tres meses antes de que se inaugurara TYWLS, el Tribunal Supremo dictaminó que ofrecer educación diferenciada en las escuelas públicas podía ser legal, dependiendo de las circunstancias. Fue ponente de la sentencia la magistrada Ruth Bader Ginsburg, que –como señala Weil– “había sido una de las fundadoras, dentro de la American Civil Liberties Union, del Proyecto Derechos de la Mujer, grupo que se ha distinguido por poner demandas contra las escuelas públicas para un solo sexo”. El fallo redactado por Ginsburg contiene “lo que algunos consideran un compendio del pensamiento feminista hasta 1996”. Aunque el tribunal ordenó que un centro público masculino de Virginia se hiciera mixto, la sentencia estableció que en determinadas situaciones, las escuelas públicas diferenciadas podían ser legales, siempre que contribuyeran a “a borrar las divisiones tradicionales según el género, en vez de perpetuarlas”.

Un ambiente propicio al aprendizaje

De todas formas, la apertura de TYWLS provocó una viva polémica. Los contrarios dijeron que la educación diferenciada pública era ilegal, retrógrada y anti-feminista. Salomone recuerda que la nueva escuela “dividió al movimiento feminista por la mitad”. Ella misma se dio de baja de la National Organization for Women.

Weil explica que el éxito académico de TYWLS se debe, en buena parte, a que brinda a las alumnas un ambiente propicio al aprendizaje, lo que no es corriente en los centros públicos de un barrio problemático como Harlem. En opinión de Emily Wylie, que enseña lengua y literatura en TYWLS, “ella enseña mejor y sus alumnas aprenden mejor porque están en un entorno des-sexualizado, o menos sexualizado”. “Casi todos en TYWLS reconocen que la preocupación más apremiante de los padres que matriculan en la escuela a sus hijas de 11 años es que estén a resguardo del ambiente sexualizado de las aulas y de las calles”.

La fundación creada por Tisch para promover TYWLS ha abierto escuelas femeninas en dos barrios más de Nueva York, Bronx y Queens, y va a colaborar en la creación de otras en Chicago, Filadelfia, Dallas y Austin.

Buenas para alumnos desaventajados

Aunque crece el interés por la educación diferenciada, la investigación sobre su eficacia es aún escasa, señala Weil. Los pocos estudios que comparan en general escuelas mixtas y escuelas para un solo sexo no son concluyentes. Lo más cierto que se ha averiguado sobre el particular procede de estudios sobre escuelas católicas, que tienen una larga tradición de enseñanza diferenciada. De ellos resulta que la educación diferenciada no reporta beneficios apreciables a los chicos blancos y de clase media, pero sí a los de clase baja o de minorías. Los que de estos van a colegios para un solo sexo sacan mejores notas que sus iguales de los colegios mixtos de la misma zona.

“Dos son las principales explicaciones que se proponen de este hecho. Una es que las escuelas diferenciadas dan a los chicos, en mayor medida que las otras, un sentido positivo del estudio, que les ayuda a contrarrestar la influencia antiacadémica de la cultura juvenil. Según la otra, para ir a un colegio de educación diferenciada, un chico ha de tener unos padres que hayan hecho algo que los educadores llaman una opción pro-académica: que se preocupen de la marcha del chico en los estudios y deliberen para tomar una decisión, cualquiera que sea”.

Weil confirma, a partir de lo que ha visto en TYWLS y otras escuelas semejantes, que “a la implicación de los padres parece deberse, en buena parte, el éxito de la educación diferenciada pública”. “Estas escuelas gozan del favor de muchos padres, satisfechos de tener una opción que siempre ha estado disponible en las escuelas privadas o parroquiales. También son atractivas para profesores y gestores de la red escolar, que encuentran en ellas una manera relativamente fácil y barata de intentar mejorar algunos de los desesperantes problemas de la enseñanza pública, en especial con los alumnos desaventajados”.

Oncóloga y enferma de cáncer: qué piensa de la eutanasia.


Sylvie Menard piensa que cuando se está sano no se tiene ni idea de lo que se pensaría como enfermo
Firmado por Aceprensa
Fecha: 9 Abril 2008


Sylvie Menard se dedicaba a curar el cáncer desde mucho antes de que le fuera diagnosticado un cáncer de huesos. El compatibilizar su papel de médica con el de paciente le ha llevado a cambiar algunas de sus actitudes frente a la enfermedad. Antes era partidaria de la eutanasia. Ahora se enfrenta a ella. Así lo hace en unas declaraciones a la revista Huellas, publicada recientemente.

Antigua alumna del profesor Veronesi –padre del testamento vital en Italia– afirma que siempre estuvo convencida de que cada uno debe decidir su suerte, pero “cuando me puse enferma, cambié radicalmente de postura”.

La aproximación personal a la enfermedad grave y la vecindad con la muerte, cambió su opinión: “Cuando enfermas, la muerte deja de ser algo virtual y se convierte en algo que te acompaña en la vida diaria. Y entonces te dices: ‘voy a hacer todo lo posible para vivir el mayor tiempo posible’”. Fue entonces cuando la doctora Menard dio un giro a sus posturas y si antes se oponía a tratamientos que con facilidad calificaba de encarnizamiento, ahora reconoce que “hoy cualquier cosa me vale si implica una nueva posibilidad de vida”.

Menard está casada y tiene un hijo. En la actualidad es la directora del Departamento de Oncología Experimental del Istituto dei Tumori de Milán. Para ella, quienes dicen sí a la eutanasia, lo hacen por dos motivos: no quieren sufrir ni perder la autosuficiencia convirtiéndose en una carga para los demás. Sylvie Menard, como enferma, reconoce que “no quiere tener dolor” y que “el enfermo tiene derecho a aliviarlo”. Como médica, se da una respuesta consoladora: “la terapia del dolor ha avanzado ostensiblemente en los últimos años”. Con respecto a la añorada autosuficiencia de quien por enfermedad la pierde, Menard piensa que “incluso si uno no está en plenitud de facultades y no puede levantarse porque está tendido en una cama, pero sigue contando con el afecto de sus familiares, en mi opinión, incluso en esas condiciones, merece la pena vivir”.

Menard sostiene que sobre las peticiones de eutanasia de los enfermos en fase terminal hay bastantes mitos. Citando un estudio hecho en Canadá, basado en encuestas a enfermos terminales, dice que allí se veía que en la mayoría de los casos “los que están a favor, lo están para el de la cama de al lado, pero no para sí mismos”, y “los que en la primera entrevista estaban a favor, ya no lo estaban en la segunda, porque se cambia fácilmente de opinión, dependiendo del estado de ánimo”. En cuanto a otro tipo de encuestas, afirma que “los que estando sanos se pronuncian sobre la eutanasia, en realidad no tienen ni idea de lo que pensarían si estuvieran enfermos”.

Actualmente la doctora Menard forma parte de un equipo que busca humanizar la medicina. “Con los años, la medicina se hace más tecnológica” y muchas veces “se ve al paciente como en muchos trozos”. “Lo que falta –continúa la doctora– es lo que une todas las piezas. Al paciente, con sus preocupaciones y sus preguntas, se le abandona”.

Como enferma y como médica defiende con vigor los cuidados paliativos. Dice que “son cuidados para la persona, no para la enfermedad”, porque “pueden eliminar el dolor”; pero no solo eso, sino que medicina paliativa “es todo aquello que mejore la calidad de vida del paciente en fase terminal”. Y en su papel de doctora, confirma que “a la medicina no se le pide que cure la enfermedad, sino que cure al paciente”. Por eso, opina que “si un paciente me pide la muerte, significa que yo no he cumplido con mi deber como médica”.

domingo, 6 de abril de 2008

La ética del cuidado, ¿una ética de mujeres?








Foto: Carol Gilligan

La ética del cuidado, ¿una ética de mujeres?
(Artículo firmado por Fernando Pascual. Forumlibertas)
No es un signo discriminatorio el reconocer que las mujeres tienen una mayor capacidad de vivir de esta manera


Algunos autores se han preguntado si existe un “pensamiento masculino” y un “pensamiento femenino”. Otros han lanzado una pregunta parecida en el campo de las acciones: ¿existe una ética del hombre y otra ética de la mujer?

Son preguntas que han cobrado fuerza en las últimas décadas, pero que habían sido formuladas ya en la Antigüedad. Platón, por ejemplo, no reconocía ninguna diferencia entre el hombre y la mujer en lo que se refiere a la vida del alma, es decir, en lo que se refiere al pensamiento y al actuar moral. Para Platón, tanto los hombres como las mujeres eran capaces de resultados muy similares en estos campos de la acción humana.

Conviene recordar el presupuesto desde el cual Platón llegó a esta idea “revolucionaria” en su tiempo: establecer una fuerte distinción entre el alma y el cuerpo. La sexualidad quedó situada en el ámbito de lo corporal, de lo contingente, de lo inferior. El actuar, en cambio, nacía desde el alma, que tenía un valor muy superior respecto del cuerpo, y no existía diferencia alguna entre el alma del hombre y el alma de la mujer.

El sexo, ¿un accidente marginal?

En la actualidad también hay pensadores que ven el sexo como algo marginal o inferior, en parte debido a las contingencias corporales, en parte promovido por formas de educación de tipo discriminatorio. Entre estos autores es fácil intuir, en un modo más o menos escondido, una cierta concepción dualista del ser humano, en la que la vida intelectual y la vida moral puede superar las contingencias corporales para llegar a una uniformidad tal que no sea posible encontrar, en ese ámbito, diferencia alguna entre hombres y mujeres.

Pero las cosas no están tan claras. Según otros pensadores, existen diferencias intelectuales y diferencias morales que tienen su raíz en la constitución somática de cada uno, en lo genético, entre lo cual se encuentra también la propia sexualidad.

No es el momento de dirimir aquí un problema tan complejo, sino de considerar una teoría ética que se ha desarrollado en este contexto, y que subraya precisamente la dimensión afectiva de nuestras conductas por encima de visiones y de sistemas que miran, más bien, a normas universales más o menos abstractas. Nos estamos refiriendo a las éticas del cuidado (conocidas por su término en inglés como “ethics of care”).

En general, la ética del cuidado quiere recuperar la importancia de las dimensiones emotivas y los sentimientos, de las relaciones y del interés, en la vida moral.

Frente a éticas que buscan lo puramente formal (como el kantismo), lo meramente legal (como algunas interpretaciones de las éticas del derecho), o que deciden en función de los beneficios individuales o sociales (como el utilitarismo), la ética del cuidado quiere centrarse en el sujeto, en sus relaciones y afectos, en su manera de “imbuirse” en una situación o problemática ética, y en su deseo de decidir del modo que más favorezca el bienestar del otro, incluso por encima de reglas abstractas que no llegan a comprender las dimensiones emotivas de cada situación.

La ética del cuidado: ¿algo femenino?

Es conocido que algunos autores han relacionado la ética del cuidado con el modo de pensar y actuar típicamente femenino. Podemos recordar aquí los nombres de Carol Gilligan, con su obra “In a different voice” (1982), y de Annette Baier (que publicó “Postures of the mind” en 1985).

Para Gilligan, por ejemplo, los hombres (en general, no de modo exclusivo) tienden a subrayar la importancia de los derechos y la justicia, de los principios abstractos, mientras las mujeres (también en general) darían mayor importancia al sentido de responsabilidad que nace de las relaciones humanas, sentido que se hace especialmente fuerte en las relaciones entre padres e hijos.

No han faltado autores, también en las filas del feminismo, que han criticado esta posición por considerarla reductiva y promotora de injusticias. La mujer, dicen estos autores, no piensa sólo en clave de afectos y de responsabilidad, ni los hombres se reducen a hacer cálculos en función del derecho o de los principios universales.

Igualmente, los críticos han notado que la diferencia de comportamientos éticos entre hombres y mujeres puede ser el resultado de la educación e, incluso, de una situación discriminatoria en la cual la mujer se ha visto siempre relegada a funciones de servicio y de atención de las necesidades domésticas.

Más allá de esta discusión, podríamos notar que el comportamiento ético de todo ser humano (hombre o mujer) implica la relación de muchos elementos. Por un lado, tenemos una inteligencia que recoge informaciones, que analiza una situación más o menos compleja, que entrevé diversas líneas de acción. Entre las posibilidades operativas, algunas se presentan como más fáciles, otras más difíciles; unas pueden ser legales y otras no; unas pueden producir un resultado en breve tiempo y otras a más largo plazo.

Religión y voluntad

La visión religiosa influye también a la hora de decidir, lo mismo que la visión sobre lo que significa ser individuo de la especie humana. Un materialista cierra el horizonte de la acción a lo intramundano, mientras que un espiritualista se abre a lo transcendente y a la vida después de la muerte. En cada perspectiva el modo de juzgar la misma situación puede ser muy distinta.

Luego llega el momento de la decisión, en la que la voluntad se pone en juego. La complejidad del ser humano nos hace reconocer que no actuamos según lo que la inteligencia haya considerado como lo mejor, pues hay situaciones en las que tenemos claro que algo debe hacerse y no lo hacemos, y otras en las que consideramos injusta una estrategia operativa, y luego la llevamos a cabo. Elementos como el miedo, algún interés más o menos honesto, presiones familiares, sociales o de trabajo, llevan a poner en práctica comportamientos que habían sido inicialmente considerados como inmorales.

Un encargado de contratar personal, por ejemplo, cree (a nivel intelectual) que el sexo no debe establecer discriminaciones a la hora de asumir a un nuevo empleado. Sin embargo, puede encontrarse con una directiva de la empresa según la cual no hay que contratar a mujeres en edad fértil para determinados puestos de trabajo. Su actuación puede seguir su conciencia (a riesgo de ser despedido) o someterse al miedo y actuar, así, de forma discriminatoria.

En este complejo cuadro de las opciones morales, la ética del cuidado ofrece elementos interesantes, pero no suficientes, para determinar un comportamiento ético.

Las emociones no dan la razón

Son importantes, reconoce esta ética, las dimensiones emotiva y la responsabilidad, pero los sentimientos y el grado de implicación afectiva que pueden nacer en nosotros frente a otra persona no son suficientes para determinar una línea de acción éticamente correcta. Si el afecto familiar puede llevar a proporcionar dinero al hijo drogadicto que pide ayuda a sus padres, ese mismo afecto debería descubrir la importancia de otros principios éticos (también el de justicia) por el cual el modo de tratar al hijo puede ser radicalmente distinto.

Desde luego, los principios de justicia, respeto de la ley, fidelidad a la conciencia, no deberían contraponerse al afecto que une y que relaciona entre sí a los seres humanos, no sólo en el ámbito de la familia, sino también en las múltiples situaciones sociales que pueden crearse en la vida (encuentros casuales, relaciones de trabajo o de estudio, amistades, etc.). El verdadero afecto implica la integración de los deberes éticos en el ámbito de las relaciones, y esto vale tanto para el hombre como para la mujer.

En este sentido, la ética del cuidado no puede ser una ética sólo “para las mujeres” (algunas feministas defienden con firmeza esta idea), sino que corresponde a las exigencias más profundas de todo ser humano, llamado a existir desde los demás y para los demás. Un actuar ético que no tenga en cuenta al otro en su valor y dignidad como ser humano no corresponde al verdadero bien, que podemos descubrir todos, hombres o mujeres, desde el corazón que ama a los demás por lo que son y por lo que significan para nosotros.

Si ésta puede ser una contribución importante de la ética del cuidado, conviene subrayar que no es un signo discriminatorio el reconocer que las mujeres tienen una mayor capacidad de vivir de esta manera. Todo lo contrario: es una cualidad y una invitación a todos, también a los varones, a elevar el estándar moral, a pensar y a actuar “con una voz diferente” (parafraseando el título de la obra de Gilligan), con una voz capaz de acoger al otro en cuanto ser valioso en sí mismo.